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1363 17 Julio 2013

 

ENTRELIBROS
Poesía Brasileña
Eligio Coronado

Monterrey.- La antología La poesía del siglo XX en Brasil (José Javier Villarreal, ed. Antología. La poesía del siglo XX en Brasil. Monterrey, N.L: Edit. UANL / La Estafeta del Viento / Visor Libros, 2012. 587 pp. (Colec. Visor de Poesía). Edición bilíngűe, portugués-español) es una prueba más de la fidelidad de José Javier Villarreal por la producción lírica de este país sudamericano.

En los últimos trece años, Villarreal (Tecate, B.C., 1959) ha publicado cuatro antologías poéticas de autores individuales y dos colectivas: Preparación para la muerte (de Manuel Bandeira, 2000), Poemas (de Oswald de Andrade, 2004), Estrellas pájaros: Treinta y dos poemas brasileños del siglo XX (2005), Al otro lado del mundo (de Murilo Mendes, 2009), Una antología de una antología personal (de Ledo Ivo, 2011) y la que hoy nos ocupa.

En relación a la citada antología Estrellas pájaros, aquélla incluía dieciséis poetas y Poesía brasileña suma veinticuatro, aunque de la primera sólo repiten ocho: Manuel Bandeira, Oswald de Andrade, Mário de Andrade, Jorge de Lima, Murilo Mendes, Cecília Meireles, Carlos Drummond de Andrade y Mário Quintana.

Si en Estrellas pájaros aparecían treinta y dos poemas (sólo dos por autor), en Poesía brasileña se incluyen ciento ochenta (siete en promedio por cada autor). También notamos que de los treinta y dos poemas seleccionados en Estrellas pájaros han sobrevivido doce, con algunas correcciones: “El cactus” y “El último poema” (de Manuel Bandeira), “Las niñas de la estación” y “El inmigrante” (llamado aquí “El inmigrado”, de Oswald de Andrade), ”El poeta come maní” y “…Los que aguardan, los que pierden” (llamado ahora “…Los que esperan, los que pierden”, de Mário de Andrade), “Las palabras de despedida” (de Jorge de Lima), “Los dos lados” y “Estrellas” (de Murilo Mendes), “Retrato” y “Diseño” (llamados ambos “Dibujo” en este volumen, de Cecília Meireles) y “Confidencia del itabirano” (de Carlos Drummond de Andrade).

La traducción nos sigue pareciendo muy pulcra y rigurosa, toda vez que en su traslado a nuestro idioma los poemas conservan su brillantez y sobriedad:

“Aquel cactus (...) / -Era bello, áspero, intratable” (Manuel Bandeira: “El cactus”, p. 27), “Las carcajadas blancas / de los mulatos…” (Mário de Andrade: ”El poeta come maní”, p. 93), “Encontré a mi marido (…) / con una rubia oxigenada. / (…) Grité, grité, grité, hasta que el cráter se agotó. / Cuando no pude más me quedé rígida, / las manos en su garganta, los dos petrificados, / yo sin tocar el suelo. Cuando abrí los ojos, / las mujeres hacían fila, me tocaban pidiéndome / favores. / Desde entonces hago milagros” (Adélia Prado: “Pelea callejera”, p. 363).

Como es de notarse, el autor disfruta leer, seleccionar y traducir este tipo de poesía. ¿De dónde le nace esta predilección? En el prólogo de la ya citada antologia Estrellas pájaros, Villarreal nos explica el origen de su entusiasmo: “esta muestra es un acto de amor. Un acto de amor hacia la poesía brasileña y un acto de amor hacia la poesía en lengua española.” (p. 12).

 

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