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1369 25 Julio 2013

 

Guardias orates en Ternium
Hugo L. del Río

Monterrey.- Quizás algunos de los obreros heridos en la explosión de Ternium hubieran logrado salvar la vida en caso de haber recibido auxilio médico de manera oportuna. Dos bestias de aspecto humanoide lo evitaron: Valentín Medina García y Luis Alan Chávez Vallejo, guardias de seguridad de la empresa. El accidente ocurrió a las dos de la tarde y fue hasta 35 minutos después que este par de hijos de puta tuvieron la gentileza de permitir el paso a los socorristas.

La información que publica El Norte es confusa y contradictoria. Las autoridades de San Nicolás, donde está la planta, dicen que sus policías de inmediato sometieron a los dos animales, pero la misma nota comenta que hasta las 14.35 algunos elementos se comenzaron a brincar la barda, muro o malla, no lo sé, y fue entonces cuando en los lentos, débiles, enfermos cerebros de la pareja de la muerte comenzó a circular la idea de que el personal de emergencia iba a entrar, por la buena o por la mala.

Por desgracia, los accidentes son comunes en las fábricas, sobre todo en las de productos químicos, en las siderúrgicas y en las instalaciones petroleras. No me puedo quitar de la cabeza la idea de que en un principio murieron dos trabajadores y ahora, en los hospitales, otros cuatro rindieron el tributo final. Estos cuatro, ¿pudieron haberse salvado?

Medina García y Chávez Vallejo son un compuesto letal; combinan la estupidez con la perversión. Seguramente sueñan con ser policías, y sin duda, habrá lugar para ellos en una de tantas agencias de (in) seguridad pública: serán unos gendarmes ejemplares: a la medida de Medina y Arellanes.

Me parece que Ternium está respondiendo con humanidad y de manera expedita a las necesidades materiales de las familias de los accidentados. Eso está bien, pero ¿qué van a hacer con el dúo de criminales? ¿Los van a premiar o por lo menos van a despedir a estos hideputas? Y el Ministerio Público, ¿no debería abrirles proceso? ¿Cómo sabemos si su maldad, hermanada con la imbecilidad, no le costó la vida a algún trabajador herido que luego falleció en el nosocomio?

Estos dos ejemplares de todo lo que es inhumano, me recuerdan a los vigilantes del supermercado que ardió hace años en Asunción, Paraguay. Esos guardias jurados cerraron con candados y cadenas las puertas, y sólo dejaban salir a los clientes que mostraban la boleta de haber pagado la mercancía. Obligaron a gente cuya ropa comenzaba a quemarse a formar fila ante las cajas. Resultados: más de 500 muertos, y la inolvidable foto de un bombero jovencísimo que sonríe con sonrisa de hombre bueno porque salvó al bebé que lleva en brazos.

¿Qué van a hacer Ternium y el MP ante la barbarie de estas dos larvas de gestapistas?

 

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