La lejanía del tesoro II
Luis Villegas Montes
Chihuahua.- La reforma nada dice, tampoco, respecto al tercer problema que los mexicanos debemos enfrentar a diario: los altos precios de los energéticos. La baja o nula reinversión en infraestructura incrementa de modo sustancial las importaciones y, por ende, el precio de los derivados del petróleo. Del total de las importaciones mexicanas, casi el 15 por ciento corresponde a la importación de gasolina (10.24 por ciento) y gas natural (4.69 por ciento).
De hecho, México paga cada año en importación de gasolina, aproximadamente 13 mil millones de dólares; con ellos, Petróleos Mexicanos podría construir hasta tres refinerías; estos recursos se desvían de lo que debiera ser su destino natural, a fin de no tocar a los grandes capitales internacionales.
Ejemplo de lo anterior es que, entre 2007 y 2011, el consumo de gas natural se incrementó a un ritmo del 4 por ciento anual en promedio, mientras que la producción anual se incrementó sólo en un 1.2 por ciento; a su vez, las importaciones mexicanas de diesel (gasóleo) crecieron más del triple en los últimos años en términos de volumen y se multiplicaron por ocho en valor, de acuerdo con datos del Banco de México, se adquirieron cerca de 7 mil 976 millones de litros a un precio de 6 mil 481 millones de dólares en el 2011. “Por su valor, las compras externas de diésel crecieron 482 por ciento frente al 2010, y pasaron así de la posición 32 a la tercera entre los productos que más importa México del mundo”.
Los precios elevados restan competitividad a cualquier país; el Mundo actual depende de la energía, tanto eléctrica como de origen fósil, de la que dependen directa o indirectamente, la industria, el comercio, la prestación de servicios, la agricultura y el consumo doméstico; sin embargo, el índice de competitividad de México es el más bajo, comparado con el de sus países competidores más cercanos, debido al alto precio de su energía:
País: |
Electricidad -MWh-
(Costos en dólares): |
Gas -Millones de BTU-
(Costos en dólares): |
México |
75.00 |
7.85 |
Argentina |
66.06 |
1.79 |
Brasil |
45.80 |
3.33 |
EEUU |
44.60 |
10.50 |
Venezuela |
24.14 |
0.51 |
De la gasolina es mejor ni hablar. Mes tras mes, centavo tras centavo, el precio sube y sube; sin objetivos ni explicaciones claros que detallen hasta cuándo, cómo y dónde, habrá de terminar esa política de alza de precios.
Respecto de la energía eléctrica, en la página 16 de la iniciativa se lee: “En el año 2012, la empresa presentó un déficit financiero de 77 mil millones de pesos. Si bien una parte del déficit se subsanó con la exención del pago del aprovechamiento por el uso de patrimonio del Estado, la CFE tuvo que absorber 33.4 mil millones de pesos mediante decrementos de su patrimonio. Estos resultados se van agravando: en los primeros seis meses de 2013, el patrimonio de la empresa disminuyó en 35 mil millones de pesos; cifra superior a la registrada en todo el año anterior”.
Y estamos hablando de una empresa que, como cualquier otra, lejos de reportar déficits, pérdidas y tragedias millonarias de modo recurrente, debería ser no solo un factor decisivo para impulsar el desarrollo del país; sino, más importante aún, fuente de ingresos constantes y sonantes para el Erario, después de todo (la propia Iniciativa nos lo recuerda), más del 95 por ciento de la población del país tiene luz eléctrica.
Frente a ese panorama tan aciago, la respuesta del Gobierno es esa pretendida reforma de la que, se dice, traerá beneficios sin cuento para los mexicanos. El problema es que esa película ya la vi y no me gustó. Recordemos dos casos muy concretos: La reforma al sistema bancario y la privatización de Telmex.
Continuará…
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