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1392 27 Agosto 2013

 

EN LAS NUBES
No pasa nada
Carlos Ravelo Galindo

Ciudad de México.- Por supuesto que tienen la razón aquellos, a los que nosotros unimos criterio, de que en México no pasa absolutamente nada. Lo hemos de comprobar el próximo primero de diciembre, cuando el joven primer mandatario nos informe, o trate de hacerlo, de lo que haya hecho o no, en los primeros nueve meses de su mandato.

Diga lo que diga, lo matice como quiera, sonría juvenilmente, pero la verdad, diga lo que diga, no pasa nada. Absolutamente nada. Qué ha sucedido desde el primero de diciembre en que ocupó con sus familias la residencia Lázaro Cárdenas, hoy Los Pinos: nada, como en todo México. Promesas, promesas y puras promesas, avalado por su equipo secretarial y aplaudido por los medios, no todos por supuesto, de comunicación.

Todavía existen algunos que sí publican fotografías de las manifestaciones de los maestros, por ejemplo. Otros obedecen ciegamente. Que si los maestros tienen o no razón en sus demandas puede ser válido, pero el caos que producen en todo el país, bueno en casi todo, lleva a la desazón general.

Los gobiernos federal y estatales, incluido el Distrito Federal, permiten manifestaciones, las toleran en detrimento del ciudadano, que sufre, grita, vocifera, insulta, reclama garantías, pero nadie  hace caso, el menor caso. Qué remedio queda. Y no pasa nada, absolutamente nada.

Nos enteramos de que sube el precio del gas, la luz,  la gasolina, el predial, los impuestos, las tortillas; que se suben el salario los diputados, senadores, líderes, burócratas de alto nivel. Lo comentamos con  el vecino. Nos quejamos. Cambiamos impresiones. Pero, no pasa nada.

Que cerraron las dos cámaras, con minúscula, cambian de sede, sin más. Y no pasa nada. Taponan carreteras. Se enfrentan a los gendarmes federales o comunes. Se matan entre sí. Cierran el aeropuerto internacional de la ciudad de México. Perjudican a viajeros. No pasa nada.
El Poder Judicial deja en libertad a criminales, el gobierno se “enfurece”. Pero no pasa nada.

Hacienda, la secretaría de Videgaray, nos abofetea con anuncios, primero prometedores y luego, cuando el Inegi da su fe de erratas, se mofa y lo rectifica,  estremecedor. De mal en peor. Es peor la situación. Y no pasa nada.

Nos anunció trece metas el reciente mandatario cuando asumió el encargo nacional, y no ha cumplido con ninguna. Presume de infraestructura por doquier, pero no hay dinero para realizarla aún, o lo escatiman sus secretarios. El hambre sigue crujiente, aunque presumen que ya disminuyó  el  número de víctimas, pero por los que fallecieron de inanición, les faltó decir. Y no pasa nada.

Estamos en el umbral de lo increíble. Toleramos todo: marchas, muertes, incremento en los  consumos y los insumos. Nos dolemos, nos preocupamos. Pero nada más.  

En tanto el jefe del ejecutivo, creemos, no siente ni lo duro y menos lo tupido. Se prepara ya, con la familia política, para su enésimo viaje al exterior. Al fin y al cabo que en este hermoso país, no pasa nada, absolutamente nada…pero en beneficio de quienes expectantes mudos, coreamos aquella estrofa que se pintó en el penal negro de Lecumberri: “En este lugar maldito, donde priva la tristeza, no se castiga el delito, se castiga la pobreza”.

Seguimos igual o, mejor dicho, peor que con el que se fue a Boston, con su carga de 60 mil muertos y no precisamente de hambre.

carlosravelogalindo@yahoo.com.mx

 

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