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1415 27 Septiembre 2013

 

EL CRISTALAZO
Las desventuras de Nadia
Rafael Cardona

Ciudad de México.- Hace muchos años, conocí a una joven periodista llamada Nadia Piemonte, por quien medio mundo suspiraba. Su entrada a la redacción convocaba al silencio de veinte o treinta máquinas de escribir cuyo golpeteo de teclas causaba una discordante sinfonía interrumpida a su paso.

Hace unos días me contó una historia de horror cuyo fin puede llegar si el gobierno municipal atiende la recomendación de la Comisión de Derechos Humanos. Esta es su historia en sus propias palabras:

“En los 46 años que llevo ejerciendo mi profesión de periodista, en ningún momento me detuvo el temor a la censura, probablemente porque al escribir o presentar un comentario radiofónico, me acompañó siempre la seguridad de tener las pruebas de lo que decía o escribía, pues la labor de investigación periodística avala mi quehacer. En mi vida profesional, la censura es un tema que no me ha preocupado, pues jamás me he sometido a ella.”

“Además, como periodista creo firmemente que mi deber y responsabilidad es escribir y hablar de lo bueno y de lo malo, sin tapujos, pasando por alto las conveniencias o inconveniencias personales. Me responsabilizo de mis opiniones y respeto las de los demás.”

“Por eso no eludí mi responsabilidad con la opinión pública, al percatarme de la corrupción permanente, del robo descarado, de las malversaciones sin recato de que hacía objeto Manuel Martínez Garrigós al municipio de Cuernavaca, al que, en apenas dos años como alcalde, sangró de tal manera que la deuda de 30 millones se convirtió en una de más de mil 500 millones, impagable en al menos 20 años. Dejó a nuestra ciudad, capital del estado, en la inopia (al grado de que al presidente municipal entrante no le alcanza el dinero ni para lo más elemental como pagar nóminas) y también nos heredó una Cuernavaca con más baches que nunca, con más basura acumulada en las calles, que nadie recoge, por muchos días, recordatorio permanente de la administración de Manuel Martínez Garrigós.”

“La dejó con más problemas sociales y muchos más problemas políticos, con más inseguridad, llevándose el alcalde hasta los fondos aportados por los empleados del municipio al instituto de crédito.”

“Y no dejé de cumplir con esa responsabilidad que se nos exige a los periodistas, ni siquiera cuando, bravucón como es, Manuel Martínez Garrigós inició una despiadada persecución en mi contra abusando de su autoridad, tratando de acusarme de corrupta y ratera, por lo que no dudó en utilizar a sus subordinados del ayuntamiento como José Luis Urióstegui, Araceli González Verazaluce, Lucio Rodríguez Trejo, y quienes le hicieran falta, para que mediante una auditoría al área de comunicación social del municipio (cuya coordinación estuvo a mi cargo en parte del trienio anterior al de Martínez Garrigós) se me fincaran responsabilidades en un rubro que no era de mi incumbencia y que mediante toda clase de ilegalidades perpetradas por esos lacayos se me impusiera una multa por más de 600 mil pesos, por una falta administrativa que en ningún momento cometí.”

“Para enfrentar tal infamia, requerí pagar asesoría legal, acudir a tribunales y a jueces, someterme a los ires y venires de los ámbitos de la justicia a lo largo de tres años, tiempo en que recibí del susodicho Martínez Garrigos toda clase de amenazas ya sea directamente, ya sea a través de sus incondicionales. Porque hay que decir que si bien ya no estaba en el ayuntamiento, su poder seguía prolongándose sobre el interino Rogelio Sánchez Gatica y demás vasallos que recibían ordenes para amedrentarme y lo hacían sin recato alguno. Tampoco faltaron “los amigos” que me solicitaron “modificar mi lenguaje”, o sea, que dejara de escribir en el “Diario de Morelos”, o decir en la radio lo que Manuel Martínez Garrigós hacía durante su administración plagada de irregularidades, como han sido puntualmente señaladas por este medio de comunicación y otros medios nacionales.”

“Acudí a la Comisión de Derechos Humanos, porque Manuel Martínez Garrigós atentó intencionadamente en contra de la libertad de expresión, tratando de acallarme por todos los medios a su alcance. Tras de una larga investigación dicha Comisión recomendó al presidente de la mesa directiva del Congreso del Estado, “gire un exhorto al diputado Manuel Martínez Garrigós a fin de que se abstenga de realizar ataques, obstaculizaciones o injerencias arbitrarias en la libertad de expresión y pensamiento”. Y en seguida, la CDH convino a Manuel Martínez Garrigós para que pida una disculpa pública a esta servidora.”

“La CDH Morelos además, requirió a Jorge Morales Barud, en su carácter de presidente municipal, que instruya a quien corresponda, es decir a la contralora municipal Karla Aline Herrera, para que reabra mi expediente y me permita defenderme, cosa que nunca consintieron los peones de Manuel Martínez Garrigós. Ahora, sin dejar de ser crítica, valorando lo bueno y condenando lo malo como lo exige el oficio periodístico, espero que la administración municipal cumpla con la recomendación de la CDH.”

“Con el fallo de la Comisión de Derechos Humanos se me está dando la razón no solo a mí, sino a todos quienes en cumplimiento del ejercicio periodístico damos cuenta a la opinión pública de lo que acontece, tal y como ocurre sea bueno o sea malo y por mucho que se nos amenace y amedrente, no dejamos de señalar a los corruptos, a quienes medran con el dinero público, a quienes abusan de su poder, a quienes, como Manuel Martínez Garrigos sólo buscan el poder para servirse de él a grandes cucharadas.”

“Como corolario, quiero dejar en claro que en lo que hace a Manuel Martínez Garrigós, su disculpa no me quita el sueño, pues considero que con quien realmente debería disculparse es con los ciudadanos de Cuernavaca y sobre todo, regresarles lo que se llevó.”

 

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