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1416 30 Septiembre 2013

 

EL CRISTALAZO
Secuelas y futuro
Rafael Cardona

Ciudad de México.- Con demasiada frecuencia escuchamos las mismas voces; advertencias, diagnósticos, análisis y con recurrencia vienen a nosotros las promesas de eternidad prolongada, si así se pudiera decir.  Reordenar el país, reforestar, remediar la erosión del suelo, recuperar el agua, racionalizar lo irracional; es decir, lograr en los mexicanos un comportamiento distinto del comportamiento tradicional, histórico, atávico de los mexicanos. 

Y nunca se logra. Y por lo visto, no se logrará. He leído un artículo de Julia Carabias y no se aprecia en su texto ninguna diferencia de sus diagnósticos cuando era autoridad federal en materia de ecología. Sus poderes entonces eran limitados, pero la realidad era la misma.

Han pasado los años y se pueden sacar de la gaveta los mismos tristes diagnósticos. Eso demuestra la incapacidad nacional para corregir y la vocación para insistir en el error. Mala combinación la corruptela crónica con la contumacia irremediable. Veamos:

“Ahora, los anuncios son de reconstrucción. Pero no se debe reconstruir lo que inicialmente está mal construido y ubicado en áreas de riesgo. Es indispensable considerar la información generada mediante el ordenamiento ecológico del territorio y el Atlas Nacional de Riesgos, entre otros instrumentos. Sin embargo, no se hace uso de esta información: la planeación territorial y urbana es prácticamente inexistente; los asentamientos irregulares se toleran y muchas veces incluso se fomentan; numerosas autorizaciones de construcción están en contra de la normatividad vigente y no se fincan responsabilidades”.

En este sentido debemos analizar, así sea superficialmente, eso de los “Atlas de riesgo”.  ¿Qué son y para qué sirven?

Fundamentalmente son información y no sirven para nada. No por su mala factura o su deficiencia, si la tuvieran. No sirven por la sencilla razón de su desatención. Nadie les hace caso. El pormenorizado recuento de las zonas  riesgosas, se parece mucho a la conducta de un policía cuya voz de alerta me sorprendió hace meses. 

−No se vaya por allí,  jefe, están asaltando mucho en esa calle.

Cuando la policía sólo sirve para decir dónde asaltan, pero no impide los asaltos, es como el “Atlas de riesgo”; cuya capacidad descriptiva resulta letra muerta. Aquí hay suelo minado, aquí hay una ladera de inminente deslizamiento, aquí hay una falla, esto es zona sísmica.

Y sin embargo la información se desatiende. O peor, se ignora. 

En esas condiciones se deben revisar las palabras presidenciales de hace unos días: el presidente  Peña dispone una investigación sobre quién, cómo y con cuáles razones autorizó construir en las zonas húmedas entre Puerto Marqués  y Barra Vieja sobre la zona de la Laguna de Tres Palos. Eso estaría muy bien si a tal investigación le siguiera la picota, el derribo y el traslado de quienes ahí viven, lo cual es imposible. 

Si es tarea de romanos mover a los maestros oaxaqueños del Zócalo, nadie podrá desplazar a los habitantes de la Colosio ni tumbar las casas de GEO o los centros comerciales ahí asentados para la eternidad…o la quiebra. Y si se tratara, cosa también imposible, de castigar a quienes recurrieron a la coima o el arreglo ilegal, pues nos hallaríamos también frente a un muro de piedra. No será Ángel Aguirre quien  castigue a cualquiera de los políticos mezclados en dichos asunto: todos son parte de la misma mafia. 

Pero de todos modos leamos la intervención presidencial y suspiremos por una respuesta positiva capaz de derrotar nuestro escepticismo:

 “…Se trata del área donde se ubican la castigada colonia Colosio y algunos de los más grandes hoteles de este puerto turístico. El gobernador Aguirre Rivero pidió investigar las irregularidades de las concesiones y permisos “irresponsables y hasta criminales, seguramente seguidos por actos de corrupción e influyentísimo”, y se sancione con todo el peso de la ley, ya sea a servidores públicos o empresarios, “que construyeron casas o comercios donde nunca debió haber ocurrido”.

Como vemos, Aguirre ha pasado de ser un desastroso político a un pésimo humorista. 

Democracia y otras vainas

El coordinador de los diputados del PRI en San Lázaro, Manlio Fabio Beltrones, reconoció en la alternancia de los últimos años en México, la prueba de una democracia más madura en la cual, sin embargo no se logrado un correspondiente crecimiento económico sostenido, para reducir la desigualdad social, la cantidad de  pobres y el abatimiento del  hambre. Hoy, con las reformas propuestas, se abre la posibilidad de lograrlo  si todos los partidos se comprometen  y hacen posible el cambio nacional. De lo contrario, todo seguirá como siempre: únicamente en el discurso.

Por cierto, en la Cámara de Diputados  se tiene proyectado realizar  mesas redondas para analizar la propuesta de Reforma Fiscal enviada por el Ejecutivo. Beltrones ve en este ejercicio la posibilidad de lograr acuerdos en torno de un  nuevo orden hacendario, “para crecer, para disminuir la desigualdad para que paguen los que más tienen”.  

 

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