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1417 1 Octubre 2013

 

EL CRISTALAZO
Yo no fui…
Rafael Cardona

Ciudad de México.- Con la profundidad intelectual de costumbre, el ex presidente Felipe Calderón ha hecho un diagnóstico simple y breve de su sexenio: el Congreso me bateó las reformas. Eso equivale a decir mientras los niños bailan la ronda: yo no fui, fue Teté…

“Me batearon las reformas. Yo propuse varias cosas que hacen falta; propuse que se permitiera a Pemex co-inversión con empresas de calidad en México, que el sector inversionista pudiera hacer refinerías, ductos de gasolina, que pudiera hacer petroquímica libremente; propuse varias cosas, pero logramos algunas solamente”.

“Al impartir la conferencia magistral “Los Retos de la Presidencia y el Panorama Actual”, Calderón Hinojosa confió en que el Congreso de la Unión apruebe una reforma hacendaria que fomente el crecimiento económico y no el decrecimiento o déficit público.”

“Resaltó que ahora, en este gobierno, “hay un Congreso más dispuesto y una oposición más responsable”.

“El ex Presidente justificó las medidas que adoptó para estabilizar las finanzas del país; enumeró obras de infraestructura carretera, de salud… y dijo que al concluir su sexenio:

“En el Banco de México dejamos dos veces y medio más de reservas que toda la deuda externa”.

“Narró que como gobernante tuvo que enfrentar los impactos de la recesión económica de Estados Unidos “que se estaba cayendo a pedazos” y repercutió negativamente en las finanzas nacionales, por lo cual se reforzó la economía interna con paros técnicos aceptados por los trabajadores, lo que permitió salvar casi medio millón de empleos”.

Tanta eficacia redentora fue correspondida por un electorado seguramente ciego cuyos votos enviaron al señor Calderón y su partido al fondo de la clasificación. Como le ha sucedido a los Yanquis en mala hora: no llegó a los ”play off”.

El diagnóstico de Calderón falla gravemente en un asunto: atribuirle a la oposición una naturaleza distinta. Hablar de un congreso más dispuesto y de una oposición más responsable, es meterse en los terrenos de la relatividad. 

Cuando su propio partido (o el partido cuya mitad ya lo considera ajeno, como se ha probado en la bancada senatorial) le pone condiciones de chantaje a las reformas, como –por ejemplo— sacar primero los cambios político electorales para votar la reforma energética, con todo y sus “asegunes”, no parece haber ahí una actitud más dispuesta sino otras condiciones políticas generadas indudablemente por el “Pacto”, herramienta imperfecta y todo, pero imposible en su tiempo.

Sorpresa

Posiblemente la sorpresa mayor de nuestros días, al menos de los recientes, en materia de relaciones internacionales ha sido el tibio, incipiente y quizá efímero acercamiento entre Estados Unidos e Irak.

Si uno recuerda el tono amenazador de la oratoria en la campaña política de Hillary Clinton, quien anunciaba su determinación de frenar la carrera atómica de Teherán a cualquier costo cuando llegara a la presidencia y el tono similar del propio Barack Obama, cuesta trabajo creer la buena noticia: la diplomacia entre de lleno en la escena de las amenazas, sobre todo cuando ha fracasado la intentona invasora a Siria.

Esta noticia, divulgada entre otros por la BBC, es altamente esperanzadora:

“El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dice que habló por teléfono con el presidente de Irán, Hassan Rohani.

“El anuncio representa un hito luego de varias décadas de aislamiento diplomático entre los dos países luego del triunfo de la revolución islámica en Irán”.

“Es el contacto al más alto nivel entre los dos países desde 1979.
Obama expresó que ambos discutieron sobre sus esfuerzos para alcanzar un acuerdo con respecto al programa nuclear iraní.”

“El mandatario estadounidense señaló a su colega iraní que habrá obstáculos importantes y que no se puede garantizar el éxito, pero cree que es posible conseguir una solución integral”.

El problema del armamento nuclear (hasta ahora inexistente) de Irán es muy simple: ¿todos tiene derecho a armarse con explosivos nucleares menos ellos? 

La respuesta debería ser, nadie tiene derecho.

Todos deberían leer, sobre todo ahora cuando el gran García Márquez ha reaparecido en la escena con el dedo medio en llamas para borrar de la historia la “britneyseñal” y darle paso a la “Gaboseñal”, aquel maravilloso alegato suyo en contra del armamentismo atómico:

“Un minuto después de la última explosión, más de la mitad de los seres humanos habrá muerto, el polvo y el humo de los continentes en llamas derrotarán a la luz solar, y las tinieblas absolutas volverán a reinar en el mundo. Un invierno de lluvias anaranjadas y huracanes helados invertirá el tiempo de los océanos y volteará el curso de los ríos, cuyos peces habrán muerto de sed en las aguas ardientes, y cuyos pájaros no encontrarán el cielo.”

“Las nieves perpetuas cubrirán el desierto del Sahara, la vasta Amazonía desaparecerá de la faz del planeta destruido por el granizo, y la era del rock y de los corazones trasplantados estará de regreso a su infancia glacial. Los pocos seres humanos que sobrevivan al primer espanto, y los que hubieran tenido el privilegio de un refugio seguro a las tres de la tarde del lunes aciago de la catástrofe magna, sólo habrán salvado la vida para morir después por el horror de sus recuerdos.”

“La Creación habrá terminado. En el caos final de la humedad y las noches eternas, el único vestigio de lo que fue la vida serán las cucarachas”.

 

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