Falla la razón
Hugo L. del Río

Monterrey.- Javier de la Garza, director del Metro, confirmó, una vez más, la prepotencia de la burocracia y el desprecio que les merecemos. Hubo una falla, supuestamente técnica, en la estación Talleres de la línea uno y la instalación no abrió la mañana de ayer.

Hasta ahí, santo y bueno: todo lo que se puede descomponer, se descompone. Lo malo es lo que sigue. El público, asalariados o estudiantes, quería saber, con todo el derecho del mundo, qué diablos estaba ocurriendo, a qué horas se abriría la reja, si había servicio en las otras paradas del tren. La respuesta fue la altanería, el desdén, el menosprecio de los guardias.

Los usuarios habrán pensado que si el desperfecto se arreglaba en cosa de minutos, valía la pena esperar. En caso contrario, podían ir a la estación que sigue, me parece que es San Bernabé, porque a partir de ahí las corridas eran normales. Pero nadie les dijo nada, salvo quizás algunas palabras de burla o desestima.

El pobre de Javier hizo todo lo posible por esconderse hasta que, supongo, recibió órdenes y tomó la llamada de las televisoras. De la Garza no es Demóstenes, precisamente. Estaba muerto de miedo y demostró ser un analfabeto funcional. Por Dios, es elemental que cuando estas cosas suceden, la dirección envíe autobuses para llevar al pasaje a la San Bernabé. Esa es la solución que se le ocurre a cualquiera que tenga diez gramos de materia gris donde los debe tener.

Pero Javier…Ni Cantinflas en sus buenos tiempos hubiera improvisado la “explicación” que dio el éste buenazo: se le trabó la desa al dese y la marinola hizo machincuepa con la otra vaina, pero en una hora quedará todo arreglado, mi Matamoros querido.

Bueno, ustedes votaron por Rodrigo.