EN LAS NUBES
La misericordia
Carlos Ravelo Galindo

Ciudad de México.- Mientras los legisladores se devanan  los sesos para lograr mayor recaudación del pueblo, luchan por conquistar nuevas metas públicas y enfrentan, sin rubor, críticas por permitir devaneos económicos, se olvidan de los pobres.

De las mujeres que han dado a luz sobre el pasto, de  los niños triquis que, descalzos, honran a México en el extranjero al igual que de las niñas poblanas, de escuelas que se caen a pedazos, de eso se olvidan. 

Nos enteramos, no por los medios de comunicación, de todo ello. Pero más aún de que las damas no aceptadas por las clínicas, fueron, son,  engañadas por las autoridades que aseguran que en México se cuenta con cobertura universal a la salud pública, gracias al seguro popular. Mentira más grande inventada en 2012, y que hoy continúa inamovible. Lo mismo ocurre en Oaxaca, en Puebla, en el Estado de México como  en las restantes entidades federativas.

También nos enteramos de que sus ex mandatarios o los que están en vigor, son denunciados por prevaricato, por robo, por cohecho, por soborno, por etcétera, etcétera. Conlleva todo esto a repetir que son cómplices de la irresponsabilidad y la mentira.

Y que los diputados y senadores se olvidan en reclamo de dinero para beneficio de la política, no en auxilio de la la gente que trabaja. No conocen la misericordia. No admiten que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar. Pero olvidan que la causa de su presente es su pasado y la de su futuro su presente. Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente se encontrarán a si mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.

Debemos recordarles que quien conoce a los hombres es inteligente. Quien se conoce a si mismo es iluminado. Quien vence a los otros posee fuerza. Quien se vence a si mismo es aún mas fuerte. Quien se conforma con lo que tiene es rico. Quien obra con vigor posee voluntad. Quien se mantiene donde encontró su hogar, perdura largamente. Porque morir y no perecer, es la verdadera longevidad.

Todos los días se nos brinda un momento en que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. El instante mágico es el momento en que un sí o un no pueden cambiar toda nuestra existencia. No obstante, algunas veces hay que decidirse entre una cosa a la que se está acostumbrado y otra que nos gustaría conocer. Dar lo que tienes para que merezcas recibir lo que te falta. Se debe tener siempre presente que tendremos  toda la eternidad para descansar, porque si
es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar.

Los que están siempre de vuelta de todo son los que nunca han ido a ninguna parte. Como los que ahora manejan al país como mejor les conviene, a ellos, no a la mayoría.

carlosravelogalindo@yahoo.com.mx