EL CRISTALAZO
El abandono
Rafael Cardona

Ciudad de México.- Al mediodía del martes, el Partido Acción Nacional ya veía venir la aplanadora. El senador Javier Lozano, quien se trenzaría horas más tarde en una discusión llena de acusaciones contra la senadora Dolores Padierna, quien resultó la más raspadita, comentaba sobre cuál iba a ser las frase final de su debate: “Podrán vencer, pero ni podrán convencer.”

Y un asesor ocasional le dijo en la rotonda del patio, frente a una exposición de calacas festivas y cuadros chiapanecos,

“Mejor te regalo esta idea, Javier: Ganarán el debate de hoy, pero perderán el juicio de la historia.”

─Oye, dijo, eso suena bien. ¿Me la regalas?

Este reportero ya no supo si la frase se utilizó o se dejó para otra ocasión, pero el abandono de la bancada panista parece un desplante cuya finalidad es otra: decretar en víspera casi del Día de Muertos, el deceso del Pacto.

─Yo creo, ha dicho el senador azul Javier Corral, que estamos fuera de ese mecanismo.

Los argumentos del PAN son simples. No se quejan de la derrota parlamentaria sino del otro deceso: la muerte del “PRIAN”; es decir, del trato, de la actitud adversa indigna de un aliado, de un amigo pues.

“Alrededor de las 3:00 horas (reporta la prensa), el coordinador de Acción Nacional, Jorge Luis Preciado, anunció en la tribuna que los legisladores panistas abandonarían el Salón de Plenos en protesta por lo que consideró un debate simulado.”

“Si toda esta sesión es una farsa para votar lo que de antemano ya está votado en otro lugar, el PAN se retira de esta sesión y los dejamos para que continúen su sesión y aprueben ustedes esos impuestos que tanto daño le hacen a la sociedad mexicana”, dijo.

“No estamos dispuestos a seguir con este dilema, con esta votación que de antemano está acordada, que el pueblo de México al final del día nos juzgará”.

“Los panistas decidieron dejar la sesión luego que varias de sus reservas ni siquiera fueron admitidas a discusión.”

“Ante la protesta del PAN, el coordinador del PRI, Emilio Gamboa, solicitó un receso que le fue concedido”.

Ya después el PRD haría casi lo mismo y nomás por no dejar, se alejó con gentil compás de pies para citar en la posterior asamblea de la mañana del miércoles, cuando los vientos fríos de la temporada no han hecho sino enfriar los ánimos fronterizos por la aprobación del Impuesto al Valor Agregado en toda la zona del norte del país. Ese fue el gravamen por el cual renacieron las hostilidades históricas.

Obviamente en una cámara o en un parlamento o en cualquier salón para debatir, hay recursos para imponer las ideas partidarias. El PRD nos ha acostumbrado a sus “reventones” mediante la toma de la tribuna; es decir, la imposición física de sus partidarios con la finalidad plena de impedir el desarrollo de una sesión; una especie de plantón callejero llevado a los púlpitos de las catedrales legislativas.

Pero eso no es de personas decentes. Lo mejor en el caso de éstas, es expresar su desacuerdo mediante la simple política del abandono.

“Al fin que ni quería; decían los despechados de antaño. Otros más se retiraban del juego con un simple, “yo no me presto a esas cosas”. Como la escoba y el recogedor: nosotros no somos así.”

Pero sea como sean, el hecho es simple: los habitantes de la frontera ya tienen un nuevo impuesto y eso no puede hacer feliz a nadie. Ni siquiera con las promesas de reorientación del gasto, de la austeridad del aparato público, de la existencia de pensionados en todas partes, y de aseguramiento temporal para los desempleados.

A nadie se le garantiza la ampliación de esos derechos generales, lo único cierto es la patada en el bolsillo a la cual se deberá compensar de la única forma posible: con el descenso de las tarifas eléctricas en la zona del norte,  donde lo extremoso del clima hace muy costosa la factura de los calefactores y los aires acondicionados indispensables cuando calienta el sol o cuando cae la nieve fría.