CLAVES DE GÉNERO
Mujeres de oro
Lídice Ramos Ruiz
Monterrey.- Leonor Aida Concha y Leonor Cortés son dos personas de oro, por su edad biológica y por su contribución al adelanto de las mujeres. Sólidas en sus convicciones y con una enérgica praxis, ambas dan ejemplo de empuje y ganas de tocar el horizonte de una sociedad más justa para los seres humanos.
Ellas han sido reconocidas por su trayectoria en el marco del ENF, Encuentro Nacional Feminista 2013, realizado en Guadalajara los días 25, 26 y 27 del pasado mes de octubre. A ambas me une una amplia y cariñosa sororidad. He caminado a su lado como alumna en la REDGE, Red de Género y Economía y en la MMM, Marcha Mundial de las Mujeres. Con Leonor Aida, igualmente en las campañas desde la Red de Milenio Feminista, con trabajo sobre los organismos económicos internacionales, conociendo y confrontando sus discursos.
Leonor Cortes es una mujer reposada, de hablar claro, inquisitiva y juiciosa, de origen colombiano pero mexicana por naturalización, latinoamericanista e indigenista de corazón. Como técnica médica, trabajadora social y antropóloga física, ha escudriñado los cuerpos de las y los humanos, conoce sus reacciones y síntomas emotivos. Lleva más de treinta años en la Red Nacional de Promotoras y Asesoras Rurales, diagnosticando y entendiendo desde una visión feminista el caminar tesonero de mujeres campesinas e indígenas que geográficamente están en el centro y hacia el sur del país.
Dentro de los trabajos del espacio autónomo de aprendizajes y conocimiento que es la Red de Género y Economía, compartimos un conversatorio en Tlalpan con colegas de 20 estados de nuestro México el pasado mes de agosto, a propósito de la participación de las mujeres en la globalización y el rescate del país a partir del quehacer femenino. Recibimos su cátedra de vida entregada con amor y convicción a las causas de mujeres en Brasil, Guatemala, Colombia, Centroamérica y México, toda su lección es una proclama de ser humano entregado a la crítica constructiva sobre los cimientos del mundo que vivimos.
Leonor Aida Concha, es una Sor Juana norteña, mujer formada en el grupo de las Hermanas del Servicio Social, de estatura alta, ojos verdes, sagaz interlocutora, convincente oradora y feminista eficaz, con un razonamiento político-económico como pocas personas he conocido, pero quizá su rasgo sobresaliente sea su preferir austero y su mirada confiada y segura de lo que sabe y de lo que quiere.
En una entrevista que logramos hacerle hace un año aquí en Monterrey, le preguntábamos sobre sus inclinaciones intelectuales. Dijo entonces que nunca la interesó la vía matrimonial y sí la del conocimiento, desde su natal Chihuahua tiene la disciplina de la lectura y la obediencia a sus convicciones. Conoció a las Hermanas y se encantó con sus trabajos y propuestas de liberación. Fue aceptada y se hizo su espacio en la defensa de los derechos de los pobres: “Cuando conocí el feminismo supe que ese era mi lugar en la historia”, dijo emocionada. Ella es socióloga por la Universidad Católica de Chile y maestra en Antropología Social por la Universidad Iberoamericana de México.
Ha participado en las Conferencias Mundiales sobre la Mujer promovidas por Naciones Unidas desde la postura de la sociedad civil, en México 1975; Nairobi, Kenia 1985; y en Beijing, China 1995 y en la Conferencia de Financiación del Desarrollo de 2002 en Monterrey. Formó parte de un grupo de consulta sobre género para el Consejo Mundial de Iglesias y tiene un trabajo de hormiga con grupos mixtos y de mujeres.
Es coeditora de un manual de alfabetización en tzetzal y español (por casi diez años trabajó codo a codo con Don Samuel Ruiz); editora de El Impacto de la Globalización en el Trabajo y Calidad de Vida de las Mujeres, del material Resistencia y Alternativas de las Mujeres Frente al Modelo Globalizador, de la memoria 10 años de la Marcha Mundial de las Mujeres en México, así como de los libros Economía Feminista como un Derecho, producto de un seminario internacional y Mujeres, Migración y Seguridad Ciudadana resultado de un encuentro con organizaciones de mujeres que apoyan a mujeres migrantes en el mundo.
Leonor Aida ha jugado un rol articulador y propositivo en todo el proceso de re-contextualizar las distintas discriminaciones hacia mujeres diversas, y sus acciones son siempre de encuentros y diálogos políticamente oportunos. Puedo decir con certeza que sus análisis y reflexiones sobre cómo las mujeres hemos elevado el nivel político de las organizaciones sociales al intervenir y colocar los temas feministas al interior de estos grupos, ha enriquecido a varias generaciones de mujeres que le conocemos.
El reconocimiento a estas mujeres de oro, dentro del entusiasmo de los trabajos del ENF, honra al movimiento femenino y fortalece los esfuerzos feministas, ya que el rescate en vida de sus trayectorias, anida a una memoria colectiva que mucha falta nos hace en nuestro país.
La acción política y ética de ellas, a diferencia del acto productivo y reproductivo que estudiamos en la economía tradicional, no se mide por el éxito o el fracaso en los mercados, sino por el camino de transformaciones a favor de las mujeres y de los hombres al que ellas han contribuido, donde si bien hay retrocesos, obstáculos y sufrimientos, la meta de un mundo igualitario y justo se comparte y compromete con su ejemplo.
Esperemos contar son su presencia y trabajo por muchos años más.
