Partidocracia y ciudadanía
Jesús González Ramírez

Monterrey.- El día llegó, todo indica que hoy martes 12 de noviembre, el Congreso de Nuevo León votará en el pleno la reforma a la constitución local en materia de Participación Ciudadana.

Diez años tardó el Congreso de Nuevo León en llegar al punto final que se dará alrededor del mediodía, si no se echan para atrás a última hora. Diez años durante los cuales pasaron 126 diputados por el Congreso a razón de 42 cada tres años, 2 gobernadores: Natividad González Paras y Rodrigo Medina de la Cruz. Todos ellos no habían querido o podido sacar de la congeladora la iniciativa de un grupo de ciudadanos.

Durante 2013, el empuje de un grupo de nuevos actores sociales, diferentes a las tradicionales ong's u organismos intermedios, logró sacar con mucho esfuerzo tres votaciones trascendentales, la primera, el 16 de mayo en la Comisión de Legislación del Congreso, la segunda, el 22 de mayo para que fuera aprobada la reforma en primera ronda y la tercera, el lunes 4 de Noviembre, para que la misma Comisión abriera la puerta a esta, la última votación.

En medio de estos meses, las organizaciones y activistas han tenido desencuentros y reencuentros, algunos que estaban peleados han bajado sus armas para sacar adelante esta reforma, algunos decidieron seguir impulsándola mediáticamente por su lado, algunos que la impulsaron desde un principio se desentendieron del proceso con lo que ayudaron, no obstaculizándolo con intereses personales. Ha sido un proceso vivísimo donde el objetivo final no se ha perdido: que el Congreso apruebe la reforma.

Los diputados aún representan primero el interés de sus partidos políticos, eso nos ha quedado claro, pero hoy deberán demostrar que son inteligentes y estratégicos para aprobar la reforma sobre Participación Ciudadana, a todos les conviene. Al PAN, porque demostraría que como mayoría parlamentaria pudo negociar con las minorías y sacar adelante una exigencia ciudadana. Al PRI, porque le ayudaría a detener la debacle en imagen que mes tras mes tiene que soportar ante los errores del gobernador, quien está en la recta de salida y sería más conveniente que el PRI viera por su futuro. Al PRD y PT, porque serian congruentes con la posición de defender causas sociales y coronarían el apoyo que han dado hasta ahora al esfuerzo ciudadano. Nueva Alianza no ha participado en ningún momento del proceso como ha quedado registrado.

A todos les conviene que la reforma sea negociada y votada en favor de las y los nuevoleoneses.

Los diputados en Nuevo León legislan de manera reactiva después de que las urgencias sociales nos han pasado por encima, así fue con la tipificación de la desaparición forzada, con la tipificación del feminicidio, con el reconocimiento de los derechos indígenas, con la ley de víctimas y algunas otras leyes, que, después de haber tratado de ignorar las problemáticas tuvieron que aprobar.

Lo mismo exactamente pasará con la reforma sobre Participación Ciudadana, es cierto que el PRI será quien lleve el peor costo porque sin sus votos no hay forma de que se apruebe, pero también el PAN tendrá un costo político, la prueba es que hoy decimos con certeza que la partidocracia detuvo la ley durante 10 años y no que fue sólo un partido político.

A la partidocracia de Nuevo León del 2013, le ha tocado lidiar con la descomposición de la crisis del Estado y no tiene para dónde hacerse. Los 42 diputados de PAN, PRI, PRD, PT y Nueva Alianza que sí se pueden poner de acuerdo para aumentar su presupuesto de gastos y asignarse decenas de miles de pesos para “gestoría”,  tendrán que demostrar que pueden acordar que se apruebe la reforma.

Están obligados.

PD: La medalla de la aprobación de la reforma constitucional sobre Participación Ciudadana en Nuevo León es muy grande, quien quiera se la puede poner.

@proyectoepuente