HORIZONTE CIUDADANO
Obsequios inapreciables
Rosa Esther Beltrán
Saltillo.- La prisa de los preparativos aumenta, falta poco. Aunque el país atraviesa por momentos difíciles (¿cuándo no?), el esfuerzo por celebrar en familia la navidad no escatima esfuerzo.
Preparamos a los jóvenes y a los niños para que aprendan a vivir el agradecimiento, para que aprendan que el bien existe y que viven en él; afanamos para que aprendan que la solidaridad es indispensable, que aprendan que nos necesitamos, que compartimos los mismos horizontes y pisamos el mismo suelo por eso aprendemos a ayudarnos, aprendemos que la solidaridad es el fundamento de la sociedad humana porque con ella se siembra armonía, porque en este tránsito por el tiempo y la vida somos agua, fuego, aire, tierra y libertad.
Este es un tiempo de alegría, un sentimiento que impulsa la benevolencia que a su vez puede tener como efecto la convivencia armoniosa y fraternal; en este tiempo tenemos la valentía de estar juntos y con ello evocamos la desesperada esperanza.
La esperanza es “mantener viva la certeza de que es posible ser compatriota y contemporáneo de todo aquel que viva animado por la voluntad de justicia y la voluntad de belleza, nazca donde nazca y viva cuando viva, porque no tienen fronteras los mapas del alma ni del tiempo” (Eduardo Galeano).
Cristianos, ateos y agnósticos dejan de lado sus diferencias filosóficas para celebrar en conjunto la navidad, una fiesta de connotación religiosa que se mezcla con las diversas tradiciones de los pueblos del planeta.
Un deseo verde
Los que amamos la naturaleza podemos enseñar a otros a que es posible darle al mundo un regalo peculiar, oxigeno, sí coloca en tu casa un árbol vivo.
Hay asociaciones ambientalistas que rentan pinos para que lo adornes con motivos navideños; así te habrás anotado una acción a favor del medio ambiente, el propósito es generar la cultura del amor por el árbol para comprender que ellos forman una parte muy importante de nuestra comunidad.
Los cuidados que requiere el árbol son: que esté ubicado en un área ventilada donde reciba luz solar; y de preferencia, deberá estar alejado de fuentes de calor. Hidratar sólo la base del pino es otra de las recomendaciones, y cuidar que los adornos eléctricos estén alejados del lugar donde el pino se hidrata, que es la maceta, para evitar accidentes.
El servicio incluye entrega a domicilio, instalación, una guía de cuidados y una fotografía del pino en el lugar que fue plantado tras la adopción.
Pasada la temporada navideña la organización lo recoge y se encarga de plantarlo en una plaza pública y lo recaudado se destina a actividades de reforestación, también puede quedar en tu calle, sería hermoso que los niños de hoy, mañana dijeran, “este pino estuvo en mi casa en la navidad de 2013”, también sería estimulante replantar en Zapalinamé y visitarlos para observar su desarrollo, sería como una mascota, cuyo crecimiento y mantenimiento se cuida.
Me enteré de la existencia de estas organizaciones en Monterrey y desde hace varios años se efectúan en México y otras partes del mundo, los ambientalistas saltillenses, que hay muchos, podrían impulsarlo aquí, sin duda ya es un poco tarde para iniciar una campaña de esta naturaleza, pero puede organizarse en un futuro, porque nuestra ciudad requiere forestar con más intensidad su territorio, amarlo, plantando y cuidando los árboles que son vida.
No todo es belleza
La navidad tiene su lado nefasto, porque es un tiempo en el que inevitablemente colmamos al planeta de basura, desperdicios de comida, de papel, cartón, madera, gasto excesivo de energía eléctrica y de gas, lo cual afecta no sólo los bolsillos sino también el medio ambiente.
Conviene promover hábitos ecológicos como: evitar los productos con grandes envoltorios o embalajes; evitar los envases fabricados con materiales contaminante; separa la basura orgánica de la inorgánica; recuerda que las baterías son altamente contaminantes, sepáralas y entrégalas en los lugares indicados para ello. Preparémonos para tener una muy feliz navidad cuidando nuestro entorno, social y natural.
