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1524 27 Febrero 2014

 

El Chapo cumplió su función
Hugo L. del Río

Monterrey.- Comprar un malentendido con The New York Times es mal negocio. Particularmente si el punto de fricción se podía soslayar. El gobierno de Peña Nieto dice que se aprovechó la información de la DEA para recapturar, según ellos, al narco más buscado del mundo, pero que en la operación sólo intervinieron fusileros marinos mexicanos.

El NYT le pone los puntos sobre las íes a la burocracia política: agentes norteamericanos antinarcóticos, del servicio aduanal y del cuerpo de alguaciles federales tomaron parte en el evento. ¿Para qué niega el Estado mexicano lo que es público y notorio? Además, qué importancia tiene. El rotativo neoyorquino aprovecha la ocasión para dispararle a la cúpula de Atlacomulco una saeta envenenada: “La confianza de los mexicanos en el gobierno, en las certezas de su seguridad personal y de la aplicación de la ley no se restablecerán de la noche a la mañana”. Y es que cada mensaje que nos envían del altiplano: ahora resulta que El Chapo se compró autos de tres y cuatro millones de pesos para guardarlos en la cochera, porque él se escondía en las alcantarillas del drenaje.

El operativo en la Torre Miramar de Mazatlán tomó de sorpresa a toda la clase política de Sinaloa. Al gobernador Mario López Velarde casi le dio el telele cuando supo que Joaquín Guzmán andaba por su tierra. Y de las autoridades municipales del puerto, ni qué decir. ¿El Chapo en Mazatlán, pero cómo?

Algún diario defeño, en su afán de defender a la Administración de Peña Nieto, publica que el sinaloense eludió durante trece años a las autoridades de México y Estados Unidos, gracias al empleo intensivo de alta tecnología. Es decir: el patético jefe de matones disponía de más herramientas tecnológicas que los servicios secretos norteamericanos.

El mismo periódico –siento tanta pena ajena que prefiero no citar el cabezal– nos hace la graciosa concesión de escribir que “posiblemente… algunas autoridades mexicanas” brindaron protección al matarife. Ese “posiblemente” no tiene desperdicio. Y ahora papá gobierno nos sale con que empezó a investigar a los polizontes y tránsitos de Culiacán para poner en claro si estaban en la nómina de Guzmán. ¿Nomás a los de la capital del estado? ¿A los de Mazatlán, no? Se da por descontado que la azulada comía de la mano enchapada pero, ¿qué en Sinaloa no hay presencia del Ejército, la Armada, la PGR, el Cisen y toda esa galería de abnegados y sufridos defensores del orden y las instituciones? Pero, ah, tuvieron que intervenir los gringos para ordenar que se le echara mano al multihomicida. Si no es por la DEA et al., el chapo seguiría gozando de los placeres que brinda la perla del Pacífico.

Seamos serios: El Chapo cumplió su función. A nadie le sirve para nada. Es una pieza desechable. Lo que tenía que decir ya lo dijo. A estas alturas, el de Badiraguato ya habrá comprado el penal de alta seguridad –je je–, donde espera descansar un tiempo, en el lujo, el derroche y la prepotencia.

Pie de página
Un cante jondo y rasgueo de guitarra. Paco de Lucía se fue. Nació en Algeciras, a orillas del Mediterráneo, y murió en Cancún, los ojos bañados por las verdes aguas del Caribe mexicano. La mar es nuestro origen: a la mar volvió el genio del flamenco.

hugoldelrioiii@hotmail.com

 

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