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1553 9 Abril 2014

 

Hijito Basurita
Hugo L. del Río

Monterrey.- El caso de Cuauhtémoc González de la Torre, “El Basurita”, ahora ex presidente del comité defeño del PRI ofrece muchos ángulos para el comentario, venenoso, como solemos hacerlo. González no descubrió el Mediterráneo ni inventó la pólvora. Es muy común, por desgracia, que tanto en la administración pública como en el sector privado se condicione el empleo al revolcón en la cama.

Por ello, sería injusto decir que las perversiones del basurita son una prueba de la depravación que reina en el PRI. Hay mucha gente honrada en el tricolor, al igual que en los otros dos partidos. Pero el hecho, duro, frío, está ahí: el hijo del “rey de la basura” tenía años y años de exigir favores sexuales a cambio de empleos que, a como están las cosas, no eran mal pagados: once mil al mes. González ya había hecho sus marranadas por lo menos desde que fue miembro de la Asamblea de Representantes de la ciudad de México. Este pobre diablo multimillonario heredó el poder que le legó su padre, cacique de todos los pepenadotes del DF y, en consecuencia, dueño de miles y miles de toneladas de desperdicios que se comercializan. Presumía el rey de tener cien hijos con la misma pero con diferentes mujeres. Falleció de muerte natural: intoxicación plúmbea calibre .38 o nueve milímetros, ya no me acuerdo.

Hijito Basurita disponía de millones y millones de pesos, pero ni con el billete en la mano convencía a las mujeres. Su celestina era Claudia Priscila González Martínez, quien como conseguidora –perdón por la vulgaridad del término, pero eso hacía– cobraba cuatro sueldos. Ahora bien: en el PRI, como en todos los partidos y todos los rincones de México, se practica aquello de espiaos los unos a los otros. Los mandos del tricolor sabían perfectamente las cochinadas que hacía este miserable. Y durante años lo dejaron hacer. ¿Por qué, para qué? Aunque tuviera el control político de la pepena, ¿valía la pena el baño de inmundicia o, lo que suena más probable, compró El Basurita las chambas?

En México el derecho de pernada corre de la mano de la venta de posiciones, lo mismo en el gobierno que en la empresa privada. Pero llama también la atención el hecho de que el diario Reforma denunció a González hace años, desde que ensuciaba la Asamblea. Y no pasó nada. Ahora Carmen Aristegui, manejando recursos profesionales válidos aquí y en Australia, desenmascara otra vez a González y ahora sí estalló el escándalo. ¿Qué significa esto: tiene más peso la radio que la Prensa escrita, conquistó Carmen más veracidad que Reforma? Hasta ahora, cuando un medio lograba una nota exclusiva, la competencia lo ignoraba. Carmen logró lo que parecía imposible: todo el universo mediático siguió su información, dándole crédito a esta ejemplar profesional.

Hasta siento, por momentos, la tentación de creer que existe la justicia, pero me aguanto, hasta que González esté en la cárcel.

 

Pie de página
Continúa la matanza en Tampico. Tres días consecutivos de balaceras con un saldo oficial de 17 muertos. Eso sí: todos narcos, según papá gobierno. Y las fuerzas armadas qué: ¿no pueden o no quieren?

hugoldelrioiii@hotmail.com

 

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