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1572 6 Mayo 2014

 

MALDITOS HIPSTERS
El fallido orgullo mexicano
Luis Valdez

Monterrey.- Nuestros motivos de orgullo se han malbaratado. Ya no podemos enorgullecernos mucho de logros de la Revolución mexicana, como el IMSS y la Secretaría de Educación. En uno falta buen trato y medicinas; en el otro compromiso magisterial. ¿El futbol o la tv nacional podrían ser alternativa?

¿De qué nos queda enorgullecernos a los mexicanos? ¿La invención de la tortilla y el taco? ¿La raza de perros chihuahua? ¿Haberle aportado a Chespirito al mundo? Hemos tenido nuestros 15 minutos de fama. Con Frida Kahlo (no imaginen a Salma Hayek), con los hermanos Revueltas, con Octavio Paz, Alfonso Reyes, Kalimán y Santo. Con Agustín Lara, Ripstein, el mole, la música de mariachi (por supuesto que antes de El mariachi loco).

Pero nos evadimos al sentir el bochorno, tratando de vivir con nuestros puntos malos (a veces hasta presumimos de reírnos a pesar de éstos): la doble moral (de la sociedad civil, de la iglesia y de los gobernantes), la ignorancia de nuestras propias leyes y derechos, la falta de conciencia social, las deficiencias de la educación pública y de las carreras universitarias, los sindicatos, el salario mínimo, los impuestos y la paga de impuestos, la tarjeta feria, los partidos de derecha y los de izquierda, el poco compromiso de buen contenido de la tv abierta… creo que aquí me detendré.

La tv abierta tiene a mucha gente feliz. Les gusta ver programas vespertinos con muchachas en hotpants (de hecho no están nada mal). La cuestión es que andan haciendo queriendo hacer una moda de la denuncia del bullying, los derechos de un trabajo digno para las mujeres y un buen trato a las personas de la tercera edad. Y eso no se ve en la tv que entra en la mayoría de los hogares mexicanos.

Entre esa estrategia de evadirnos de una realidad, hacia otra de la que podamos (si es que podemos) presumir, es gritar, brincar y aplaudir cada que entra un gol de la selección mexicana de futbol. No somos una potencia deportiva (de hecho no sé en qué pudiéramos ser una potencia), pero emociona la fiesta del futbol, como si cada partido entre México y Estados Unidos fuera una batalla por El Álamo.

El orgullo mexicano, con su manipulación mediática, hasta parece malhabido. Nos orillan a enorgullecernos de eso que nos hace pagar boletos para ir al fut, que en algunas ciudades no es barato. Además de comprar playeras originales. Mucha gente de clase media baja gasta parte de su quincena en esto, aunque luego no tengan para pagar los recibos. Pero qué bonito es poder estar orgullosos de algo.  

 

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