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1605 20 Junio 2014

 

Tonterías del anticuado
Eloy Garza González

San Pedro Garza García.- Hace pocos días volvió a Monterrey Larry Rosen. Este neurocientífico de la California State University es uno de los mayores expertos en ciencia cognitiva, y en especial en la relación que tienen las redes sociales con el comportamiento de los menores de edad.

Según Rosen, los menores de edad que se inscriben en Facebook registran una tendencia narcisista en tanto que los adolescentes que lo hacen reflejan síntomas evidentes de trastornos mentales: agresividad y manías entre otras expresiones antisociales.

Las conclusiones de Larry Rosen son una de las peores tonterías que he leído recientemente. Son el reflejo de las viejas generaciones de científicos que no entienden la realidad actual: no es que cambiaron las respuestas para ellos, sino que cambiaron las preguntas. Pero no se atreven a desechar sus viejos paradigmas.

Los adolescentes que forman parte de Facebook complementan su interacción social mediante el uso de redes sociales. Subir música, fotografías personales, videos donde manifiestan sus dotes creativas, no son rasgos que delaten propensiones narcisistas. Todo lo contrario: rebasan su circunstancia íntima, a veces asfixiante, para adecuarse mejor al ecosistema exterior: el de sus semejantes.

Si para Larry Rosen esto es narcisismo, qué bueno que lo sea. Digamos en todo caso que los usuarios de redes sociales son narcisistas solidarios. ¿O acaso existe algún usuario de redes virtuales o reales que no quiera verse bien, atractivo, simpático, ante su círculo de amistades?; ¿es eso necesariamente malo?

Contra la opinión de científicos como Rosen, las redes sociales garantizan una puesta en marcha de identidades personales más seguras, con un mejor manejo de la autoestima, habilidad para relacionarse y un entrenamiento constante en esas disciplinas. Incluso los adolescentes usuarios de Facebook se vuelven más tolerantes a la crítica y menos aprehensivos.

Otra conclusión equivocada de Rosen consiste en decir que el uso inmoderado de los medios electrónicos agudiza la depresión y la ansiedad de los usuarios; o que excederse en Facebook ciega a los adolescentes, lesionando la evolución de su aprendizaje sentimental.

Los asedios a la privacidad del otro fue característica de las generaciones pasadas, no de los jóvenes actuales, más seguros de sí mismos como no lo fuimos nosotros. La razón es simple: los adolescentes que consumen más horas en Facebook son mejores en simpatía virtual, lo que se traduce en empatía real-social.

Que no quepa duda: las redes sociales incrementan la sociabilidad humana y eso nos vuelve mejores vecinos o ciudadanos. Larry Rosen puede venir a pontificar sus tonterías en contra de la opinión de muchos colegas suyos; si lo atendemos y escuchamos es para rebatirlo mejor.

 

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