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1610 27 Junio 2014

 

ANÁLISIS A FONDO
Y los sueños... sueños son
Francisco Gómez Maza

¿Sujetos los trabajadores de inclusión financiera?
Por ahora, el dinero les alcanza para sobrevivir

Ciudad de México.- De un tiempo para hoy, las autoridades gubernamentales han estado insistiendo en que hay que “democratizar” la educación financiera, sin tomar en cuenta que a la inmensa mayoría de la población le tiene sin cuidado esa “monserga” de los instrumentos financieros de ahorro e inversión, porque apenas tiene para satisfacer sus necesidades primarias.

El mundo financiero ha sido, es y será, lamentablemente, coto de quienes tienen capacidad de ahorro. De la clase media acomodada para arriba, y de uno que otro miembro de la clase popular suertudo. Y más del que transa, por aquello de que el que no transa no avanza.

Quién puede ahorrar con un magro salario, o con una utilidad que apenas le da para el diario mediovivir. La mayoría de los ciudadanos, acá y en China, vive al día y vive mal. Inclusive, muchos, muchísimos trabajadores especializados en una rama de la ciencia o de la técnica –muchos médicos, por ejemplo–, si no es que la mayoría, se la ven dura para pasar la quincena.

No hay de dónde apartar un porcentaje para una cuenta de ahorro y menos para una inversión sofisticada en los mercados de inversión, y ni qué decir en los mercados bursátiles. Están vedados para los mortales.

El propio presidente Peña Nieto lo reconoce, recordando que la humanidad vive una de las etapas más dinámicas, lo que es particularmente cierto en el ámbito de las finanzas, que en los últimos años ha tenido una creciente sofisticación en sus productos y servicios: la gran mayoría de la población percibe a las finanzas como un tema ajeno; incluso piensa que los instrumentos financieros sólo benefician a las personas con mayores ingresos. Y la verdad que esto es la pura verdad. Es la neta del planeta.

Peña Nieto, al inaugurar un foro denominado Foro Internacional de Inclusión Financiera, en el hermosísimo Salón de la Tesorería de Palacio Nacional, dio datos duros de este divorcio entre el mundo financiero y la gente común, la de a pie: 60 por ciento de los adultos recurre a mecanismos financieros informales y otro 20 por ciento no utiliza ningún tipo de servicios financieros Más de 80 por ciento de los emprendedores (microempresarios, digo yo) inician un negocio con recursos propios o con préstamos familiares.

Sin embargo, no hay peor lucha que la que no se hace. Y es digno de tomarse en cuenta el deseo de incluir a “todos” en ese mundo misterioso, críptico para las mayorías. Los sueños del presidente coinciden, y el mismo lo dijo en esa ceremonia de inauguración, con la visión de Cristine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, en que cuando el país concluya el proceso de reformas un mayor número de mexicanos será capaz de vivir sus sueños y hacerlos realidad.

Ya estoy viendo a la inmensa legión de pobres mexicanos cuidando sus inversiones en las casas de bolsa o en la bolsa de valores, o por lo menos en la tesorería de una sucursal bancaria. Pero habría que resucitar aquellos, esos sí educadores, Bonos del Ahorro Nacional, que circulaban cuando los setentones éramos aún críos de enseñanza primaria, allá por los años 50. Bonos que duplicaban su valor, participaban en concursos, permitían inclusive a los niños (Bonos del Ahorro Escolar) ahorrar mediante la compra de timbres que se pegaban en una cartilla y que luego se cambiaban por los bonos.

Interesante resucitar la idea de la educación financiera. Aquellos bonos sí que eran un excelente instrumento para educar a los mexicanos en el ahorro.

Pero ni con aquellos bonos se logró que los mexicanos hicieran realidad sus sueños. Sólo lo hizo un puñado que ahora, gracias a las herencias, detenta el poder económico.

“Sin embargo –lo dijo el presidente– las finanzas, sus mecanismos, cuando se utilizan de manera adecuada, contribuyen a la generación de oportunidades y de prosperidad. Las finanzas son un instrumento indispensable para distribuir mejor los recursos excedentes de una sociedad hacia actividades productivas y rentables que aporten al crecimiento económico y a una mayor igualdad social”.

¿Será?

fgomezmaza@analisisafondo.com
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