El reino de los memes
Eloy Garza González

San Pedro Garza García.- Los memes son el lenguaje de Twitter, Facebook, Instagram y constituyen (a pesar de ser creaciones inicialmente personales) una construcción verbal colectiva y profusamente compartida. Vivimos el reinado de la viralidad: las frases se han vuelto contagiosas; rebasan fronteras.

Los trending topic son un arma cargada de likes, copies y share. El sueño feliz de cualquier post es su propagación.

Sin embargo, la primera vez que se habló de memes no fue en las redes sociales sino en biología. El término lo usó Richard Dawkins en su libro El gen egoísta (1976), para puntear su peculiar teoría sobre la evolución. Dawkins explica que la información cultural se recibe por enseñanza, mímesis (imitación) o asimilación. Un meme crece al replicarse, al mimetizarse o al agruparse con otros memes similares.

Los usuarios de redes sociales son portadores y transmisores automáticos (consiente o inconsciente) de memes. De igual forma, según Dawkins, una persona no es más que un simple portador y transmisor de genes, es decir, de unidades informativas.

Bajo esta curiosa teoría, que lo mismo aplica a Internet que a biología, se resuelve una de las grandes incógnitas de la humanidad: “¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?” Según Dawkins la gallina no es más que una portadora orgánica, es decir, un medio a través del cual los huevos se reproducen. El huevo, el gen y el meme se valen y usan a las gallinas, a los individuos y a los usuarios de Internet para reproducirse.

Ahora bien: ¿pueden manipularse los memes en las redes sociales? Sí. Así como hay maíz transgénico y clonación de ovejas, también cualquier grupo de poder tiene condiciones suficientes para manipular y controlar la réplica de memes en Facebook y en Twitter. Cada vez es más difícil hacerlo, pero de que se puede, se puede: hasta estos resquicios donde priva aparentemente lo espontáneo y lo impredecible suele llegar la larga mano de los poderes fácticos.