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1635 1 Agosto 2014

 

Plaza Sésamo
Guillermo Berrones

Monterrey.- Y de pronto, por extrañas circunstancias, te ves envuelto en una fiesta infantil a la que acudes sin tener hijos pequeños. Y Zara te hace reír. Y Rodrigo cumpleaños y llora. Y hay más adultos que niños en la fiesta. Y comes esos submarinos insípidos rellenos de jamón y mortadela. Y descubres tu nombre en una botella de refresco. Y el sol arde en el parque de diversiones. Y la resolana rebota en el pavimento. Y las mujeres sudan, los hombres sudan. Y los niños berrean porque el calor los vuelve insoportables.

Y entonces cargas las bolsas de todos porque todos se han ido a dar un chapuzón y te han dejado sentado en la banca bajo los encinos. Y ves pasar un desfile de trajedebaños desbordando celulitis, ajustando entrepiernas, ligando panzas en un colorido abigarrado de tonos. Y tienes sed y bebes cocacola porque es la chispa de la vida y porque una cerveza cuesta un ojo de la cara. Y no traes suficiente dinero. Y las tarjetas de crédito no son aceptadas. Y el calor sigue. Y los juegos mecánicos rechinan y resoplan entre alaridos.

Y por fin alguien viene a preguntar por otro miembro de la familia. Y no sabes decir a dónde fueron. Y sonríes forzadamente. Y en el altavoz se escucha que en el teatro está a punto de empezar la función. Y cargas las bolsas y entras. Y por fin se te une tu mujer y tu hija y tu cuñada y tu cuñado y la esposa de éste y un sobrino que ya quiere irse de ese lugar insoportable.

Y las tripas gruñen. Y el hambre aumenta. Y un machacado se te dibuja en la imaginación. Y anuncian la tercera llamada. Y sale Elmo bailando. Y Enrique y el Comegalletas. Y el Conde Contar contando. Y Beto. Y ese pájaro enorme que es Abelardo. Y la bella Lola baila. Y Zoe es una enorme estopa danzarina.

Y tomas fotos de turista. Y aplaudes. Y cantas el corrido de Monterrey con Pancho Contreras. Y sales corriendo porque ha terminado el show y tienes hambre. Y todavía te detienes en la puerta para ver los giros del SKP. Y escuchas el aullido de quienes decidieron divertirse a costa de su propia adrenalina.

Y te vas, agotado y hambriento.

Y cansado.

Y el sol ya va en picada entre las montañas de la Huasteca.

Y ya.

 

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