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1644 14 Agosto 2014

 

Las fuentes informativas
Jorge E. Villalobos G.

Torreón.- En nuestros días la autoridad radica en el conocimiento que se tenga de la realidad y que se manifiesta, principalmente, en dos modalidades: el conocimiento científico o técnico, personificado en los profesionales, académicos y técnicos; asimismo, el conocimiento práctico, representado por líderes de la comunidad, grupos organizados, el sector empresarial y miembros de la sociedad civil.
   
Nos encontramos, pues, ante un mayor reparto del poder que trasciende la esfera de lo político, precisamente el sector que ha sido proveedor de las fuentes principales para el periodismo. Lo anterior se apuntala con la aseveración de que la organización de muchas salas de redacción a menudo es una copia a escala de la organización gubernamental, con reporteros que cubren fuentes, no temas. Por ello es importante hacer un autoanálisis al respecto. En él debemos incluso cuestionar el concepto tradicional de lo “noticioso”, para llevarlo más allá de hechos concretos atribuibles a fuentes relevantes y proyectarlo a situaciones, tendencias y fuentes no tradicionales. Incluso, cuando cubrimos los temas más tradicionales del periodismo, como la política y la economía, que siguen siendo esenciales, debemos hacerlo con más iniciativas propias y menos dependencia de las fuentes.
   
Lo noticioso ya no es simplemente lo que diga un gobernador o cualquier fuente considerada “relevante”. Lo noticioso es, cada vez más, el reflejo de hechos y situaciones cotidianas estrechamente vinculadas a la realidad de las poblaciones, cuya cobertura es más difícil y compleja. Las noticias son también los procesos de largo plazo que afectan a la vida nacional y que no se pueden simplificar en una nota corta con estructura piramidal, como tradicionalmente se ha hecho. La conclusión lógica es que para hacer noticias no tradicionales es indispensable consultar a fuentes no tradicionales. Insistir en los métodos convencionales dará como resultado un mal trabajo periodístico y sólo reportará críticas, ya que el periodismo cuando está mal hecho, se convierte en una rutina diaria de repetir voceros.
   
Se impone pues, y sin más rodeos, una diversificación de las fuentes, que implica incorporar a las instancias diversas de la sociedad civil y colocar al sector oficial al mismo nivel de las demás fuentes, ya no como el núcleo de la cobertura periodística. Para ello actualmente se plantea un posible reordenamiento de cinco sectores generadores de fuentes a los cuales el periodista debe acudir por igual.
   
1 La Sociedad Organizada: en la sociedad civil y sus diversas formas de organización radica la riqueza informativa ya que podemos consultar a asociaciones comunitarias, fundaciones y organizaciones no-gubernamentales de diverso tipo; grupos juveniles, organizaciones de mujeres; comunidades indígenas; grupos culturales, sindicatos de trabajadores; asociaciones campesinas;  organizaciones de defensa del consumidor; grupos ambientalistas; organizaciones deportivas y grupos religiosos entre otras muchas expresiones organizativas.

2 El sector Académico y Profesional: es conveniente que los periodistas se acerquen a las universidades; a institutos y centros diversos de investigación; a grupos y asociaciones de científicos; a colegios y asociaciones profesionales; a grupos consultores que realizan encuestas y estudios sociológicos, así como con profesionales de las ciencias sociales que pueden ayudar extraordinariamente al periodista tales como el filósofo y el antropólogo.

3 El Sector Empresarial: las empresas constituyen, cada vez más, una rica fuente informativa. Sus actividades interesan tanto por los beneficios que pueden reportar en términos de empleo, inversión, exportaciones, ayuda social a la comunidad; como los posibles perjuicios, entre ellos la contaminación, impacto medioambiental, salarios bajos o riesgos laborales. Cabe prestar atención a las microempresas y sus iniciativas, cuyos éxitos o fracasos pueden ser útiles también  para otros miembros de la comunidad como experiencia.

4 La Población General No organizada: el periodista ha de salir a la calle tras nuevos horizontes noticiosos. Ir hasta las poblaciones que difícilmente vendrán a la sala de redacción, que están en la calle o en el campo, en barrios humildes o en poblaciones que procuran prosperar. De la población es necesario reflejar su vida diaria, sus problemas y sus luchas, sus puntos de vista, sus costumbres y sus manifestaciones culturales, sus anhelos y sus logros.

5 El Sector Oficial: desde luego, el sector oficial siempre seguirá siendo una importante fuente de noticias, aunque ya no la principal. En las sociedades democráticas, la prensa ha de cumplir una función de contrapoder. Su labor es vigilar, cuestionar y debatir acerca de las iniciativas de los poderes públicos, a fin de que éstos sean verdaderamente representativos de los estratos sociales y actúen en consecuencia.
   
El periodista, cuya cobertura debe ser por temas y no por fuentes, hará bien contemplar estos cinco sectores en cualquier área informativa en que trabaje, sin olvidar que un medio es parte, sobre todo, de la sociedad civil. Sin embargo, una de las grandes acusaciones que se hacen al periodista, desde dentro y fuera del gremio, es el eventual “enamoramiento” de la fuente o la excesiva confianza después de cierto tiempo; empero algo que puede ayudar a mantener la distancia es la capacidad de cuestionar siempre los motivos de la fuente, analizarlos y constatar que no hay en ella intentos de manipuleo. En la medida en que el periodista mantenga esta distancia, ganará más en respeto de parte de las fuentes…
   
Y por último, no debe olvidarse de la regla de oro: consultar varias fuentes para cada información, al menos tres y citarlas con claridad. La transparencia de la fuentes es uno de los aspectos que determinan la mayor o menor credibilidad de una noticia.

 

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