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1653 27 Agosto 2014

 

Maestr@s en un mundo torcido
Gabriela Flores Sáenz

Monterrey.- Apenas entregué el material de mis hijos, pues inician un ciclo más de estudio. Los días previos, como la mayoría de las mamás, ha sido tener todo organizado, listo e impecable. Al tratar de reciclar algún material de años anteriores, me encuentro con libretas a medias, escasas 3, casi todo fue bien utilizado y llenado durante el ciclo escolar. Me encuentro 3 libritos de español de unas 60 páginas cada uno, intactos. Le pregunto a mi hija que si los leyó, pero su respuesta fue algo vaga: no lo recordaba y yo tampoco recordaba si alguna vez en la agenda la maestra los había encargado.

Estas faltas de llenado de material, en ocasiones desatan la furia de algunos padres de familia. Sin ni siquiera cuestionarse la cantidad de malabares que hace un maestro para tener las riendas de un grupo a todo galope, omitiendo vacaciones y un sinnúmero de actividades que aunque existiese la planeación perfecta de las cosas, hay salidas en el camino.

Me ha tocado estar en ambos lados, como madre y como maestra. Como madre, puedo recordar cada segundo y cada día de todo el ciclo 2013-2014, que mi hija se subía a mi carro con una gran sonrisa, siempre con alguna anécdota hermosa que me hacía sentirme satisfecha de su educación; también en varias ocasiones, vi mamás tan preocupadas por ellas mismas, que difícilmente habrán escuchado alguna aventura diaria del aula que es su segundo hogar.

Como maestra puedo decirles que la personalidad y desarrollo de un niño en el aula, en ocasiones es muy diferente a su comportamiento en casa; es normal, son roles diferentes, como también es normal pensar como padres que nuestros hijos son de sangre azul, superdotados, líderes, educados, respetuosos, obedientes y ecuánimes. Ojo, los valores y hábitos de un pequeñito se adquieren con un esfuerzo en conjunto.

Mañana otro año más, en donde me encantaría que hubiese menos padres inquisidores, y le diésemos un voto de confianza a quienes entregan su corazón y sus conocimientos en el aula. Apenas tengo 15 años trabajando para instituciones educativas y si alguien merece que se revalore su figura en este mundo tan torcido que vivimos, son l@s maestr@s.

 

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