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1661 8 Septiembre 2014

 

 

Chau, Cerati
Alejandro Heredia

Monterrey.- Los cantantes argentinos siempre se han distinguido por tener un color de voz subyugante, armónicos, tenores o bajos, pero también fatídicos; si no, habría qué preguntarle a Carlitos Gardel, o el famoso “El Potro” Rodrigo (La mano de dios), que por los noventas levantó pasiones con su ritmo cuartetero. Al fin latinoamericana, la marea de la música argentina reviste y agita pasiones. La nueva ola de los ochenta llegó a México totalmente provista de encantos. Soda Stereo pertenecía a la nueva generación de rockeros argentinos, continuadores de la tradición estética (Ratones paranoicos, Spinetta/García), pero con temas y lenguaje propios. Cerati es parte de la manga de músicos que fueron referencia toda una época.

En América Latina se vivió un renacimiento musical, el cual venía gestándose desde décadas atrás; ya no se trataba de burdas imitaciones de las creaciones anglosajonas o italianas, sino que era música popular nacional.

Mucho tuvo que ver la salvaje comercialización del rock en español, su masivo consumo producto de la insatisfacción ante el uso y abuso de la baladas y los grupos pop. Éramos vírgenes y Cerati-Zeta-Charli nos hicieron soñar en látex y temblores en el cuerpo. El trío imponía su moral sobre los demás mortales, mientras el león de cabellera rizada dirigía la sinfonía con su guitarra.

La creatividad de Cerati raramente encontró tope. Todavía en su último disco (Fuerza natural) recorría con frescura diversos géneros musicales, dueño de una estética impositiva solamente al abrir la voz. La sutileza de muchas de sus melodías y lo impudoroso de sus confesiones en las letras, nos hacía tan próximos a sus preocupaciones pueriles y oscuras.

Las zonas musicales exploradas por Cerati causan asombro en la revisión de su trayectoria. Poseía el genio suficiente para arriesgarse a la incompresión de la audiencia, pero tuvo la gran suerte de que nunca le dejaron ir. Prueba de ello es que se tardaron más de cuatro años en aceptar su muerte, pero el legado de Gustavo Cerati seguirá muy vivo dadas los estándares musicales actuales.

 

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