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1765 30 Enero 2015

 

 

LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Nuevo gobierno en Grecia
Edilberto Cervantes Galván

 

Monterrey.- La noticia de la semana a nivel internacional es sin duda el triunfo de un partido radical de izquierda en las elecciones parlamentarias en Grecia. El Partido Syriza obtuvo los votos suficientes para formar gobierno a partir de una oferta electoral cuyo punto principal es poner fin al severo régimen de austeridad que, por razones financieras, se ha aplicado en los últimos dos años en Grecia. 

El régimen de austeridad se aplicó como garantía de que el gobierno griego pudiera cumplir con  los compromisos financieros ante el Fondo monetario Internacional, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo.

De inmediato se emitieron juicios en los medios de comunicación en el sentido de que el pueblo griego votó por una oferta electoral que el nuevo gobierno no podrá cumplir. Abandonar las políticas de austeridad, argumentan algunos, significaría incurrir en una irresponsabilidad con el régimen financiero internacional.

También se ha señalado que el nuevo gobierno griego intentará una renegociación de la deuda, pero se afirma que no tendrá mayor éxito, ya que la solvencia del gobierno griego es mínima.

Antes de que se instalara el nuevo gobierno se informó que de diciembre pasado a la fecha, los ciudadanos griegos han retirado de los bancos una cifra que se ha disparado hasta los 11.000 millones de euros.

En medio de este clima de cuestionamientos, el nuevo Primer Ministro al tomar posesión del cargo ratificó los compromisos electorales y señaló las cuatro prioridades de su programa: a) remediar la crisis humanitaria, con 300 mil hogares bajo el umbral de pobreza (“ni un griego sin ayuda, sin comida, sin electricidad”); b) la renegociación de la deuda  “con soluciones viables y justas que sirvan a toda Europa y evitando la confrontación, pero también las políticas de sumisión”; c) la recuperación económica y la creación de empleo; y, d) la lucha sin cuartel contra la evasión fiscal, la corrupción y el clientelismo.

Estas reformas, señaló el nuevo líder griego, se deberían haber tomado desde hace décadas para acabar con un Estado que funcionaba en contra de la sociedad.

Entre otras medidas se encuentra frenar la privatización del 67 por ciento del puerto del Pireo (sus acciones cayeron un 7 por ciento) y la empresa pública de electricidad (-14 por ciento); el restablecimiento del acceso universal al sistema público de salud para los tres millones de griegos sin cobertura; el aumento del sueldo mínimo a 751 euros y la restauración de la negociación sindical y los convenios colectivos, todos ellos eliminados en la reforma del mercado laboral del anterior Gabinete por la exigencia de ajustes presupuestarios. Además, los jubilados con pensiones inferiores a 700 euros recibirán de nuevo la paga de Navidad, mientras que alrededor de 10 mil funcionarios despedidos “sin garantías constitucionales” –entre ellos, las limpiadoras del Ministerio de Economía, que se convirtieron en símbolo de resistencia frente a los ajustes–, serán contratados de nuevo.

La prensa internacional ha tomado posiciones. El diario británico The Guardian el resumen de lo sucedido en Grecia es la victoria de los jó“enes frente a los corruptos. Una “juventud expulsada cuando la oligarquía, la corrupción y las ”élites acaban con la meritocracia”.

The Independent hace un retrato de Tsipras, el nuevo primer min“stro, en el que lo describe como "el hombre que cree que el sistema capitali”ta está listo para ser sustituido" y destacan que su mensa
je no está exento de romanticismo.

El premio nobel de economía Paul Krugman insiste en su columna del The New York Times en que las políticas de austeridad son un error y lanza una dura crítica a la tríada de acreedores internacionales“ el FMI, Comisión Europea y BCE. “La troika, aunque pretende ser realista, depende de una fantasía económica. Y el pueblo de Grecia ha pagado ”l precio del delirio de esa élite”, asegura el Nobel de “Economía en su artículo, titulado Acabando la pesadilla de Grecia.

Echar abajo la política de austeridad es un verdadero reto ya que se requieren recursos económicos de los que el gobierno griego no dispone en la actualidad, sino que tendrá que generarlos.

Se trata de un desafío al régimen democrático: el gobierno es del pueblo y para el pueblo, pero se le quiere mantener sujeto via el endeudamiento.

¿Hasta dónde los compromisos financieros del gobierno anterior van a forzar la política del nuevo gobierno, en contra de la opinión de la mayoría?

¿Quién gobierna? Podría ser la pregunta de fondo: ¿el gobierno electo “ue rec”bió un mandato claro o la “troika” d e entidades financieras externas?

Los españoles del Partido Popular se adelantaron a decir que España no se va a contagiar con la eufo“ia grie”a y que el nuevo partido “Podemos” no la tendrá fácil. Pero allí está la sombra de un gobrno del pueblo y para el pueblo.

 

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