El bullying, la violencia escolar y los valores
Roel Guajardo
Monterrey.- Los incidentes de violencia no son exclusivos del ámbito escolar. En todas las áreas de las relaciones humanas se presentan y desafortunadamente han registrado un sensible incremento.
Lamentamos profundamente cuando conocemos de episodios de violencia sobre todo entre escolares, como el más reciente, de una secundaria de Guadalupe, y nos entristece más la respuesta de la autoridad ante un bochornoso y delicado hecho como este.
El problema del bullying, el acoso y la violencia escolar, forman parte de todo un entramado social que evidencia la falta de valores y de toda una estrategia o política pública de Estado en la formación de las nuevas generaciones.
Las dependencias del Gobierno del Estado creen que con una Conferencia, un Encuentro Mundial de Valores, o mil anuncios sobre la Cultura de la Legalidad vamos a cambiar o a construir una visión o una nueva actitud social.
Los funcionarios del gobierno olvidan que es el ejemplo de todos los días de ellos y de los ciudadanos, lo que forma el estilo de vida y costumbre de una comunidad.
Desconocen que los hábitos y los valores se forman en la casa, se trabajan en la escuela y se consolidan en el entorno social.
Que la autoridad debe de implementar programas escolarizados de formación de valores en la escuela para la prevención de la violencia y de conductas delictivas.
La autoridad debe de promover los derechos de los niños y los adolescentes, pero acompañados de las obligaciones. Debe de tutelar las libertades pero también las responsabilidades.
El gobierno debe de dejar la simulación y gobernar con ejemplo de rectitud, transparencia, justicia, equidad y carácter.
Si queremos formar una ciudadanía con responsabilidad y valores, la Secretaría de Educación debe de revisar y adecuar con la realidad los Lineamientos para la Convivencia Escolar, para dejar de formar futuros infractores.
Trabajar los valores, pero no como una moda o para salir del paso, o peor aún, como actos de campaña aduciendo la generosidad repartiendo despensas o cobertores.
Los valores se trasmiten y se forman con programas escolarizados, con conductas, estilos de vida y con el ejemplo.
La pregunta es, ¿podremos hacerlo?