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1793 11 Marzo 2015

 

 

DISPARATES
Sade en México   
Armando Hugo Ortiz

 

Monterrey.- El Ejército, Marina, Policía Federal, Policía Ministerial, y la legión de policías locales en México tienen como rutina la tortura; la mayor parte de los casos están impunes. Para mayor agravio, hay médicos que colaboran para que no quede huella física.

Este veredicto fue emitido por un relator de la ONU; el gobierno lo rechazó con una estupidez, propia de la actual clase política. “No es  general, el relator solo documentó 14 expedientes”. Lo dijo un tipo que rebuzna al oír su nombre: Jorge Lomónaco.

El relator de la ONU estuvo 11 días en México, y los casos consignados son mera muestra estadística. ¿Cuántos necesitaría el babas de Lomónaco para aceptar el término “generalizado”: mil, 10 mil, 100 mil?

La tortura generalizada en México por parte del Estado, contra sus “enemigos”, inicia desde el tormento al emperador Cuauhtémoc; luego la Inquisición contra presuntos judíos durante el virreinato; en el siglo XIX, contra los opositores de Porfirio Díaz;  los más recientes son los presos políticos del 68, de la Guerra Sucia; hoy contra la llamada delincuencia organizada, y estudiantes.

Lo más grave tal vez sea que una buena parte de los mexicanos aceptan la tortura por parte del gobierno como algo normal, necesario y hasta justo.

Miles de familias asisten a las exposiciones de los cuerpos de seguridad, para admirar su armas, para que sus niños se tomen selfies con soldados, marinos y policías, muchos de ellos expertos en lacerar gente, no por obligación, sino por placer.

Esos millones de mexicanos, que tácita o expresamente aprueban la tortura, la  van a revalidar en las próximas elecciones.

Atención, psicópatas del mundo: ¿desean agredir y humillar al prójimo, sin riesgo de castigo? Vengan a México, donde podrán dar rienda suelta a su sadismo.

Hasta se les pagará generosamente

a_hugo16@hotmail.com

 

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