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1802 24 Marzo 2015

 

 

Dilemas de la Generación Net
Eloy Garza González

 

San Pedro Garza García.- Los candidatos a cargos de elección popular tendrán que atender y antes conocer a un segmento electoral muy descuidado: la llamada Generación Net. Este nicho de posibles votantes es el menos analizado. Su condición se divide en cuatro secciones: la condición líquida, su desapego a lealtades vitalicias, su tendencia a lo visual y su peculiar psicología libre de culpas.

La Generación Net (integrada por nativos digitales, en rango de edad que comprende entre los 18 y los 35 años), son la representación por antonomasia de la metáfora de Zigmunt Bauman sobre lo líquido: amores líquidos, miedos líquidos, hábitos líquidos, cultura líquida. En un mundo de integrados, la Generación Net es apocalíptica.

Los lazos del apego en la Generación Net son frágiles y precarios y no hipotecan su fidelidad por mucho tiempo: ni a un jefe laboral, ni a un trabajo que les contabilice antigüedad, ni a una pareja sentimental; son nómadas e inestables, buscan sistemas de paso; lugares donde fáciles de entrar y salir, o más bien no-lugares, espacios de transitoriedad como lo conceptualizó Marc Augé (¿y qué mejor no-lugar que Internet y el mundo digital?)

La Generación Net privilegia las imágenes: es eminentemente visual. Usualmente no argumenta; verbaliza su imaginación. Un libro de Alessandro Baricco, titulado “Los bárbaros”, explica esta tendencia que se deriva de la moderna cultura visual: superficie en vez de profundidad, velocidad en vez de reflexión, secuencias en vez de análisis, comunicación en vez de expresión, multitasking en vez de especialización, placer en vez de esfuerzo. Una cultura visual donde lo valioso, lo que distingue lo bueno de lo malo, es el trending topic, o lo que Google registre en su buscador como páginas más relevantes, es decir, aquellas a las que se dirige un mayor número de links. Lo visual como sustituto de lo valioso; lo más visto como lo único trascendente.
              
De igual manera la Generación Net se rinde a una especie de candor edénico, asociado a la gracia infantil de quien no sabe asumir culpas: es un optimismo soñador, autosuficiente, que se colma a sí mismo. Pero en el fondo se saben infantes descastados, hijos desterrados y esa lucidez oculta es insoportable para sus mentes líquidas: neurosis de la Generación Net, “hecha de la misma sustancia de los sueños”. En el moderno mundo líquido, sin lealtades permanentes, visuales y libres de culpas, la Generación Net acabará, para bien y para mal, por imponerse en el mundo real.

 

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