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1827 28 Abril 2015

 

 

El rave party del gobierno estatal
Eloy Garza González

 

San Pedro Garza García.- El contubernio de particulares con el gobierno actúa en perjuicio del libre comercio. Ganan los menos y pierden los más.

Eventos masivos, donde las autoridades condonan a comerciantes los terrenos, o se los rentan a precios módicos, o son copartícipes de las ganancias, abaten las ventas en los demás comercios y desincentivan el gasto de los consumidores en general.

Es común contemplar un descenso de las ventas en restaurantes o centros de espectáculos cuando el gobierno promueve este tipo de alianzas nada estratégicas y sí muy desproporcionadas entre algunos inversionistas que por compadrazgo o amistad o simple acuerdo de negocio bien remunerado, les privilegian bienes que, de entrada, son claramente públicos. Lo ideal en la promoción del comercio y la empresa es una máxima propia de la sabiduría popular: o todos coludos o todos rabones.

En estos casos, el gobierno acaba por ser un factor de desequilibrio entre los actores productivos y un elemento reactivo, no proactivo, de los estímulos para promover la pequeña y mediana empresa. Quien pierde a corto plazo es la cultura de la libertad. Quien gana es la turbiedad en el manejo de las políticas públicas.

Pero cuando es al contrario, cuando es un negocio privado quien rebasa ese factor de retraso que es el gobierno, se encienden las alarmas de la indignación de las autoridades públicas y se obliga a quien desacató las reglas no escritas del paternalismo estatal, a entrar de nuevo al redil. Las aplicaciones de teléfonos inteligentes, por ejemplo, están modificando el paradigma del gobierno paternalista, incluyendo sus sindicatos secuaces. Los sitios de taxi pierden clientes paulatinamente no por la competencia desleal de startups que se basan en GPS para llegar al cliente en menos de cinco minutos, sino porque el antiguo modelo de negocio de transporte no se moderniza, y vive del monopolio abusivo de placas y permisos que le otorga el gobierno.

En vez de combatir estas nuevas aplicaciones tecnológicas sería mejor que el gobierno dejara de privilegiar bienes públicos a particulares, y no estorbar con tantos trámites burocráticos a la creación de nuevas empresas generadoras de empleo. En otras palabras, mucho ayuda el que no estorba. ¿O hay algo de más fondo que desconocemos los ciudadanos, y que la mayoría de los medios masivos oculta, quizá porque son juez y parte y también participan de estas prácticas desleales?   

 

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