Suscribete

 
1827 28 Abril 2015

 

 

La INEficiencia
Lupita Rodríguez Martínez

 

Monterrey.- A escasos 40 días de las elecciones intermedias resulta preocupante el escenario del domingo 7 de junio, tanto a nivel nacional como local.

La INEficiencia del organismo electoral nacional y del órgano electoral local son evidentes debido al error de origen, ya que los consejeros electorales fueron designados mediante la fórmula de “cuotas para los cuates”.

Al ser resultado de cuotas entre los partidos políticos mayoritarios, los consejeros nacionales y locales han demostrado que se deben a las siglas partidistas que los llevaron al cargo y no a los intereses ciudadanos.

De ahí a cuestionada credibilidad del Instituto Nacional Electoral (INE) y de la Comisión Estatal Electoral (CEE), cuya pretendida independencia, autonomía e imparcialidad otra vez derivó en una utopía bienintencionada.

En este escenario, los consejeros o “cuerpo de árbitros” organizan y vigilan los procesos o “juegos” electorales desde la óptica de quienes los designaron; es decir, de los dirigentes de los partidos mayoritarios o “jugadores de los equipos multimillonarios” para que se cumpla el reglamento de juego… a su antojo y conveniencia.

Podemos decir que ahora las elecciones ya no se ganan, sino que se compran vilmente con el propio dinero del pueblo. Terrible juego perverso, donde los millonarios financiamientos públicos a los partidos políticos se derrochan para engañar el pueblo generador de dichos recursos, mientras aumentan nuestros problemas estructurales de pobreza y desigualdad, de inseguridad y delincuencia, de corrupción e impunidad.

A nivel nacional nos referimos a las flagrantes violaciones electorales del PVEM, en cuanto al uso ilegal de propaganda y al exceso de recursos empleados, hechos que el árbitro electoral lejos de sancionar los encubrió, de la misma manera como exoneró al PRI con las tarjetas Monex y Soriana.

La INEficiencia del organismo electoral nacional es parte de la descomposición que sufre nuestro sistema político, pero lo que ocasiona es lo grave: un nuevo clima de inequidad, de incertidumbre, desconfianza y, lo peor, es que pone en riesgo el proceso electoral. Pero, el que algunos consejeros no les importe respetar la voluntad popular y favorezcan tendenciosamente al PRI y al PVEM en lugar de cumplir con los principios de imparcialidad, objetividad, transparencia y certeza, lo único que provoca es que sigan cometiendo impunemente prácticas fraudulentas.

A nivel local, la falta de capacidad del árbitro también pone en riesgo las elecciones para Gobernador, Diputaciones y Ayuntamientos, toda vez que el INE realizó la selección de consejeros bajo la misma fórmula de “cuotas para los cuates” un día antes de que asumieran el control de la CEE. En teoría fueron designados los más idóneos, los mejor preparados y los más calificados para ser los árbitros electorales, pero su primera decisión fue despedir, de manera ilógica e irracional, a casi todos los directores ejecutivos de áreas estratégicas y para suplirlos nombraron “encargados de despacho”.

Como consecuencias de la inexperiencia, el Tribunal Estatal Electoral ha devuelto a la CEE un sinnúmero de expedientes por estar mal integrados o la propia CEE desecha las denuncias argumentando que no proceden por dudas razonables, cuando notoriamente son visibles las irregularidades.

Lo más cuestionable es lo detectado por el colectivo La Democracia Participativa: cada consejero contrató un asesor, con sueldos que fluctúan de 87 mil a 28 mil pesos mensuales, pero ninguno con experiencia en materia electoral, y al final del año se auto-recetaron 23 mil pesos por concepto de Vacaciones, 5 mil pesos por Prima Vacacional, 49 mil pesos por Bono del Servidor Público, 12  mil pesos por Despensa, 14 mil pesos por Compensación y una Gratificación por Periodo Electoral por el 100 por ciento de su sueldo, es decir ¡91 mil pesos! y, para rematar, un pequeño Bono Navideño por 850 pesos.

La CEE debería medirse con la misma vara que mide a los partidos de oposición. Es decir, aplicarse la sobrerregulación de la Ley de Fiscalización Electoral como la aplica para el control del financiamiento público, donde, por cierto, el sistema para rendir cuentas presenta fallas por haber sido creado “al vapor”, ya que la empresa española que lo diseñó no lo entregó y el INE improvisó otro sistema “al vapor” que no permite “subir” la información, se “cae” frecuentemente y el personal no está capacitado para su manejo, lo cual obliga a presentar los informes parciales en físico. Con estas fallas a escasos 40 días para las elecciones, se pone en entredicho la transparencia.

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

 

15diario.com