Sí hay salida
Nora Elsa Valdez

 

Monterrey.- En México cada día nos enteramos de una nueva atrocidad. Salen a la luz noticias aberrantes, increíbles, sobre maldades, delitos e infamias que sólo habíamos visto en películas de horror.

Si Sodoma y Gomorra sufrieron el castigo de la destrucción porque se corrompieron y cometieron las peores bajezas, ¿qué castigo merecerán los demonios que han desatado el infierno que estamos viviendo?

No puedo evitar comparar a la mafia en el poder, causante de tanta violencia y sufrimiento, no sólo en México sino en el mundo, con el marido violento que golpea o mata a su mujer. El marido sería esa mafia y la mujer abusada sería nuestro pueblo mexicano indefenso.

Nos quebramos la cabeza buscando una salida para que el pueblo mexicano se libere de sus opresores. Nos desesperamos porque vemos que el pueblo no se rebela ante tanta injusticia. El pueblo tiene mucho miedo, y no hace nada porque teme por su vida, lo mismo que la mujer que sufre violencia se paraliza cuando teme por su vida y la de sus hijos.

Se paraliza porque el victimario la supera en fuerza y poder. Y porque, con  engaños, la ha convencido de que ella es la culpable de la violencia que recibe, y de que la violencia cesará cuanto ella cambie. Pero culparla es sólo un pretexto para seguir con su abuso, sin que ella se dé cuenta de su maldad, pues el que ella cambie no detendrá su violencia.

¿No le parece que este patrón que revela cómo funciona el abuso, es el mismo que el pueblo mexicano está sufriendo por causa de los violentos criminales en el poder?

Los violentos, sean políticos, mafiosos, policías o militares abusivos, se aprovechan porque tienen el poder que da un puesto de autoridad, el dinero, o las armas. El pueblo no tiene ni puesto de poder, ni dinero, ni armas, y está en estado de indefensión, material, física y moral, como la mujer maltratada. Porque el abusivo es un cobarde que fabrica deliberadamente la desigualdad para esclavizar y someter a su víctima, y para hacerle creer que no tiene poder.

Una mujer sólo puede librarse de la violencia, si la desesperación y el coraje por el abuso superan su miedo, y ella logra pedir protección a la justicia, o a sus familiares. Sólo alguien con más fuerza y poder que el abusivo puede intimidarlo y hacer que detenga su abuso.

¿Quién tiene más poder que la mafia que se ha adueñado del poder en México, que es la misma que domina varios países de América y Europa? ¿A quién teme esta mafia en el poder, que nos ha invadido?

Los países de América Latina ya lo han descubierto y encontraron la salida. Y también el pueblo de Cherán, Michoacán, que ya se libró de políticos, banqueros y mafiosos, lo mismo que Islandia.

Pero como siempre, no nos enteramos de estas noticias. ¿Será porque esta mafia también controla la mayoría de los medios y distorsiona la información o la esconde?

Los países de América Latina, que antes formaban parte de la Organización de Estados Americanos (OEA), ahora se han unido en organizaciones como la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), entre otras, y han quedado fuera de ellas México, Estados Unidos y Canadá.

Aunque México es parte de Latinoamérica, y por mucho tiempo fue para estos países como un hermano mayor protector que se respeta y admira, de un tiempo a esta parte, las políticas de sus “gobernantes” le han hecho perder ese lugar al dar prioridad a sus relaciones con E. U. y Canadá.

La reciente coalición de Latinoamérica a través de UNASUR, con los países de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), evento al que no asistió Norteamérica (México, Canadá y E.U.), tuvo poca difusión en los medios de nuestro país, siendo opacado tan importante evento con noticias sobre la visita de Japón a México y los japonesitos en Acapulco.

El pueblo mexicano necesita unirse para empoderarse, y luego buscar un contrapeso, unirse a una fuerza superior que intimide a los causantes de la violencia en que vive, que intimide a su victimario. El grupo abusivo en el poder parece temerle al grupo de los BRICS.

Los países de Latinoamérica se han empoderado gracias que se unificaron para formar UNASUR, y luego se aliaron a los países de los BRICS. En un acuerdo de ganar-ganar, los BRICS están comprando sus productos a UNASUR, y le darán financiamiento para su infraestructura, por lo que ahora son socios.

Los BRICS han creado un nuevo sistema financiero basado en oro, que ha terminado con el monopolio de la Reserva Federal, por lo que Latinoamérica ya no dependerá de sus préstamos leoninos ni de sus “fondos buitre”. Ha dejado de depender del poder económico de Estados Unidos y ahora realiza múltiples convenios con los BRICS.

Parece que todo se revirtió en la reciente Cumbre de las Américas, del pasado 10 y 11 de abril en Panamá, a la que asistieron todos los países de América, menos Chile. Más que discursos, muchos fueron denuncias de abusos e injusticias, y el representante mayor de los abusivos desapareció después del fuerte discurso de Raúl Castro, por miedo a escuchar la verdad y a responder por los agravios denunciados.

Nuestros hermanos de Latinoamérica han encontrado la salida: se han empoderado. Gracias a su unificación en UNASUR y CELAC, y a su alianza con los BRICS, ahora son más fuertes que su victimario.

México ha quedado fuera de UNASUR y de esa alianza con los BRICS. Sigue en las garras de los violentos, porque el pueblo mexicano tiene un gobierno prepotente, abusivo y perverso que no lo representa y lo engaña. Un gobierno parecido a un marido violento que está a punto de asesinar a su mujer.

¿Despertará esa mujer para darse cuenta de que su marido es un monstruo, y que le urge salir corriendo para pedir ayuda y salvar su vida?

El monstruo debe de saber que lo sucedido a Sodoma y Gomorra, es ridículo comparado con lo que les espera a los que hoy se burlan de la Justicia Divina.