Felipe de Jesús Cantú o la victoria por descarte
Eloy Garza González

 

San Pedro Garza García.- No son pocos los teóricos políticos quienes afirman que en la mayoría de los procesos electorales, se gana por descarte: el vencedor se deriva de una serie de confrontaciones entre candidatos, que al atacarse mutuamente, se anulan entre sí.

Entonces queda el terreno libre para un tercero.

Este puede ser el caso del proceso electoral de Nuevo León. Los medios masivos han emprendido una cruzada (¿bien pagada?) para calumniar al candidato independiente Jaime Rodríguez Calderón. Sean o no ciertas las acusaciones de violencia intrafamiliar, los partidarios del Bronco arrecian en contrapartida los ataques, sobre todo en redes sociales, en contra de la candidata del PRI, Ivonne Álvarez.

Que se expanda el desprestigio del Bronco, no implica que los votantes defraudados del independiente caigan en automático en la canasta de Ivonne. Por el contrario, la ventilación de la compra ilegal de hectáreas en Mina, así como de grandes terrenos urbanos en San Pedro por parte de la familia del actual Gobernador Medina, no provoca sino la animadversión social agudizada en contra de la candidata del PRI.

Si estas campañas de lodo tienen éxito –como parece que está sucediendo–, el ganador será, por descarte, un tercero. Y es que basta recordar la famosa frase de Shakespeare en la obra de teatro Julio César: “Maldad, estás de pie, toma el curso que desees”. Es decir, la maldad –y la calumnia es una de las perversiones más refinadas– cobra su propio impulso, y no suele beneficiar necesariamente a quien la detona, sino al contrario.

¿Sería Fernando Elizondo quien sacaría ventaja del desprestigio de Ivonne y del Bronco? No: su nivel de respaldo electoral es tan bajo, que le sería imposible revertirlo durante los 34 días que le queda a las campañas. De manera que, por descarte, a donde irían a parar los votos del desencanto sería a la canasta de Felipe de Jesús Cantú.

Y esta victoria por descarte, en realidad, no estaría nada mal. Felipe de Jesús ha sido el candidato menos calumniado durante esta contienda. Desgastar al padre del gobernador lesiona la imagen de Ivonne, pero desgastar a Margarita Arellanes, una figura ya sin futuro político, no lastima la reputación de Felipe de Jesús, sino al contrario. En otras palabras, nadie sabe para quién trabaja.