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1835 8 Mayo 2015

 

 

LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Las crisis del mercado
Edilberto Cervantes Galván

 

Monterrey.- Desde hace algunos años la economía global pasa por una situación de crisis.

Primero fue la crisis de las hipotecas de 2008 en los Estados Unidos, que afectó a medio mundo.

Después se presentó la crisis en los países del mediterráneo: España, Grecia e Italia. El resto de Europa enfrenta problemas de crecimiento y desempleo.
Simultáneamente se produjo la denominada primavera democrática en los países del Norte de África, que al final resultó no ser tan democrática, pero desquició sus economías y sacó a Libia del mercado petrolero.

De hace menos de un año para acá la guerra de los precios del petróleo impacta al mercado global.

La confrontación de Rusia con Europa y los Estados Unidos por el dominio en Ucrania y la región ha provocado inestabilidad en el aprovisionamiento de gas ruso para la Europa.

En medio de esta sucesión de eventos se presenta la desaceleración de la economía China, que supone una desaceleración de la economía global.

Un escenario de no crecimiento económico como el actual, es propicio para que resurjan los nacionalismos y el espiritú proteccionista.

Es ilustrativo observar lo que sucede con la industria del acero en México.

En el mercado global del acero se experimenta una sobre oferta. Debido a la desaceleración económica hay una sobre producción de 600 millones de toneladas. Esto equivale a más de 30 veces la producción de acero en México.

Los productores en México se quejan de que compiten con países como China, India, Rusia y otros de Asia y Este de Europa, que cuentan con subsidios o economías protegidas con insumos artificialmente baratos.

Los productores de acero en México señalan que están en desventaja ya que los combustibles los pagan más caros que en el mercado global.

La regulación ambiental mexicana les resulta perjudicial, ya que deben observar normas que los principales “socios comerciales” no cumplen cabalmente, ya que no han firmado el Protocolo de Kyoto. 

También mencionan que el mercado nacional del acero se encuentra abierto al comercio internacional con aranceles prácticamente en cero desde el año 2012.

En el 2014 el consumo nacional de acero aumentó un 12.2 por ciento. Pero ese crecimiento se cubrió principalmente con acero importado. Las importaciones crecieron en un 19.5 por ciento.

En los últimos custro años las importaciones de acero han crecido un 84 por ciento, mientras que las empresas ubicadas en México se encuentran en promedio por debajo del 65 por ciento de utilización de su capacidad instalada.

El apoyo del gobierno mexicano a los productores de acero no ha sido lo efectivo que quisieran las empresas.

Para los empresarios del acero el problema es que China por si sola produce la misma cantidad de acero que el resto del mundo y como su consumo interno se cayó está inundando el mercado internacional con acero barato.

Al igual que con el acero situaciones similares se producen con otros commodities o materias primas con escasa diferenciación que se comercializan a nivel mundial: productos agrícolas, minerales, combustibles, etcétera.

El mercado internacional transita de una crisis en otra.

Hace veinte años, cuando se firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, lo que se buscaba era una integración económica con los Estados Unidos y Canadá.

Lo que se logró fue sólo una especie de acuerdo comercial, con apertura de fronteras. Si bien los flujos comerciales han aumentado el hecho es que ninguna de las tres economías está creciendo lo suficiente.

Para los especialistas habría que ir más allá de la integración comercial y avanzar en una integración productiva.

Esto requiere una nueva perspectiva, ver a las tres economías como complementarias, como una región con desafíos comunes. 

Es cuestión, señalan, de sobrevivencia.

 

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