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1860 12 Junio 2015

 

 

MUROS Y PUENTES
Los mismos errores
Raúl Caballero García

 

Dallas.- Mientras que las primarias demócratas se observan con pocos altibajos –asumo que por ser apenas cuatro contendientes–, las republicanas anuncian una “guerra-de-todos-contra-todos-y-a-ver-quién-resulta-menos-manchado”...

Disputa imposible, porque precisamente todos quedarán además muy raspados.

Pero en tanto se terminan de perfilar los contendientes, entre que desgajan sus anuncios y exhiben sus pretensiones, aparecen los asuntos mayores y entre la temática que saldrá a relucir en los debates destaca lo de la inmigración indocumentada -que además es uno de los asuntos que más importan al nuevo segmento de electores compuesto por los latinos.

No puede ser más oportuno para comenzar estos apuntes la nueva medición del Centro de Investigaciones Pew, publicada el 4 de junio, en la que se enfoca la opinión nacional respecto a la presencia de los millones de inmigrantes indocumentados.

El Pew da a conocer su estudio indicando que “la inmigración se ciñe como el asunto principal en los dos años finales de la Administración Obama y, de cara a la campaña presidencial del 2016, la mayoría de los estadounidenses (72 por ciento) sostiene que los inmigrantes indocumentados que ya viven en el país deben recibir su status legal”.

Los investigadores de ese centro exponen con esta nueva encuesta el amplio apoyo a una reforma migratoria en favor de los inmigrantes, pero a la vez evidencian el reto enorme que tienen ante sí los republicanos, que cada vez se distancian más de esa solución esperada por la mayoría.

La cantaleta de cada republicano que se destapa como aspirante a la Casa Blanca se mantiene en el mismo tono de la de sus compañeros de partido y de ilusiones, el rechazo a la legalización y el llamado a reforzar los muros de la frontera sur.

En el bando demócrata Hillary Clinton viene manteniendo una posición clara y firme al respecto, “estrategia agresiva” la llaman unos, dado que en el pasado su postura en lo de la inmigración indocumentada era más bien tibia. Hoy la ex secretaria de Estado enarbola su compromiso en el tema de distintas maneras. Los pronunciamientos de otros aspirantes demócratas que se han destapado en los días pasados son parecidos, como el ex gobernador de Maryland, Martin O’Malley, quien sin cortapisas enfatizó que iría por la reforma migratoria en sus primeros cien días como presidente, o usaría la acción ejecutiva de ser necesario; claro que del dicho al hecho hay mucho trecho, pero lo que cabe es señalar la apertura de su postura en contraposición de los republicanos.

El otro demócrata que salió a la palestra hace unos días, Lincoln Chafee, subrayó su apoyo a una vía a la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados. Chafee ha sido senador y gobernador de Rhode Island, fue republicano en sus inicios políticos, se distanció de los extremistas conservadores y terminó sumándose a las filas demócratas en 2013... “antes jugó un importante papel como asesor en la campaña” de Obama, reza un despacho de la agencia Efe.

En el otro barrio, el de los republicanos, uno y otro y otro alegremente engrosan el grupo de aspirantes a la nominación de su partido. En días recientes Rick Perry formalizó su anuncio en el hangar de un pequeño aeropuerto en un suburbio de Dallas (Addison), donde decoró el escenario con un avión militar del tipo que él voló en sus años en la Fuerza Aérea para decir que es el calificado para enfrentar los peligros que amenazan a los EU... y entre desplantes así, el ex gobernador texano arremetió contra la inmigración, canturreó que ordenó el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera, presumió sus antecedentes militares, fue presentado por su esposa y por veteranos de cuerpos especiales del Ejército y tuvo como invitada a Taya Kyle, la viuda de Chris Kyle, catalogado héroe local por ser “el francotirador más letal en la historia militar de EU”. Perry no puede evidenciar más su postura.

El ex gobernador de Nueva York, George Pataki, también le entró a la fiesta del Partido Republicano, “pese a que su nombre apenas figura en las encuestras de posibles contendientes presidenciales”, se apunta en un despacho de Notimex. Pataki -como los demás- se pronunció contra el crecimiento del gobierno federal. Asimismo el senador por Carolina del Sur Lindsey Graham, con una marcada retórica bélica, se sumó al resto del grupo de republicanos compuesto por Ted Cruz, Marco Rubio, Rand Paul, Ben Carson, Carly Fiorina, Mike Huckabee y Rick Santorum. Se esperan por lo menos otros cinco destapes, entre los más esperados el ya anunciado para el día 15, el de Jeb Bush, que se perfila como uno de los favoritos y acaso el más flexible en torno a una reforma migratoria.

Pero en fin, como señala la activista pro reforma Lynn Tramonte -subdirectora de America’s Voice-, los republicanos no parecen haber aprendido la apabullante lección del 2012, cuando de manera estrepitosa Mitt Romney se vino a pique, quedando en el ambiente su tristemente célebre propuesta de la autodeportación.

El Partido Republicano, luego de esos comicios, realizó un foro postelectoral, en el que el Comité Nacional Republicano como un forense político dio a conocer la autopsia con la que analizó las deficiencias del partido, de campaña, de posturas... e hizo recomendaciones para garantizar resultados diferentes en venideras elecciones. El minucioso examen captó el más bajo desempeño -“histórico”- ante el electorado latino, como resultado directo de sus políticas antiinmigrantes. Pero por lo visto y parafraseando a José Alfredo Jiménez: nada les han enseñado los años, siempre caen en los mismos errores.

 

Escritor y periodista regiomontano, es director editorial de La Estrella en Casa y La Estrella Digital en el Norte de Texas.

 

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