La Big Data de Los Pinos
Eloy Garza González
San Pedro Garza García.- La Big Data manipula enormes conjuntos de datos que sirven para descubrir tendencias, hábitos y gustos de segmentos específicos de población, a partir de accesos individuales a la web.
Su finalidad es comercial, de marketing y de análisis clínico (la detección oportuna de brotes epidemiológicos ha dado un salto exponencial con el Big Data).
Entonces: ¿para qué se usa en campañas electorales la Big Data? Para manipular tendencias, hábitos y gustos de cada segmento de posibles votantes. El interés electoral de utilizar este algoritmo –aún nuevo en procesos comiciales en México– consiste en desentrañar tendencias, gustos y hábitos por lo que esa herramienta representará uno de los principales factores de éxito electoral.
El uso de la Big Data en las campañas electorales creció exponencialmente durante la segunda campaña presidencial de Barack Obama. ¿De dónde salió el ahora célebre algoritmo? Lo diseñó Chris Hughes, una de las principales cabezas de Facebook que luego (sorpresas te da la vida) fue colaborador formal de Obama.
En México veremos el verdadero impacto del uso de la Big Data durante la campaña presidencial del 2018. Como ocurre desde hacer años en la administración de Obama, el gobierno federal exigirá confidencialmente a las grandes compañías tecnológicas como Microsoft, Google o Yahoo que operan en México para que cedan al candidato de Los Pinos su base de datos. Y es que, lo mismo en México como en EUA, la red de complicidad gobierno-empresas digitales es más amplia que la propia red social.
Lo cierto es que en este juego de mutuas conveniencias políticas, tanto las empresas digitales como el gobierno mexicano resultarán beneficiados. A excepción, claro está, de la siempre vigilante opinión pública, que brota de las propias redes, dispuesta a ventilar este tipo de alianzas que se celebran por debajo de la mesa. Con todo, en el 2018 se verá que las redes sociales no volverán a estar sueltas como sucedió en las recientes campañas electorales. La mafia aprende y se adapta rápidamente.
