LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Una tercera vía para los latinos
Edilberto Cervantes Galván
Monterrey.- Se dice que en los procesos político-electorales en los Estados Unidos los aspirantes utilizan los más diversos recursos para llamar la atención.
Este parece ser el caso de Donald Trump, multimillonario, miembro del Partido Republicano, que busca ser candidato a la Presidencia, quien formuló juicios muy negativos sobre los mexicanos que emigran a los Estados Unidos.
Trump afirmó que entre los mexicanos que llegan a los Estados Unidos se encuentran narcotraficantes y violadores.
El señor Trump no se imaginaba lo que iba a provocar con sus declaraciones. Claro que logró llamar la atención del público norteamericano, pero sobre todo de la población de origen latino. De eso se trataba: llamar la atención.
Pero no se esperaba la reacción de empresas televisoras en los Estados Unidos, empresas en Colombia y Costa Rica, las que se desligaron de los negocios que tenían con Trump; entre otros, el concurso Miss Universo. En México, Televisa también se deslindó. Hasta la actual Miss Universo enjuició críticamente a Trump.
Trump ha perdido ya millones de dólares, por este asunto. Pero, ante la avalancha de críticas negativas, Trump no se ha echado para atrás ni un milímetro. Incluso cuando tuvo que aceptar que en sus proyectos inmobiliarios ocupa mano de obra indocumentada. Entre los dimes y diretes llegó a expresar que él ama a los mexicanos y que los mexicanos lo aman a él.
Los demás precandidatos republicanos no se han deslindado con claridad de los dichos de Trump. Por lo que se especula que el Partido Republicano continuará perdiendo popularidad o apoyo entre la población latina y mexicana en particular.
En las elecciones presidenciales de 2008 los republicanos recibieron el 44 por ciento del voto latino. En las elecciones del 2012 sólo recibieron el 27 por ciento.
La población latina representa un segmento cada vez más importante en las elecciones y el tema de los indocumentados es algo muy sensible para las familias mexicanas.
El Presidente Barack Obama, del Partido Demócrata, recibió el apoyo del voto latino en 2008 y 2012. Prometió una nueva política migratoria y resolver la situación de residencia legal de millones de latinos, pero no lo ha logrado. La expulsión de indocumentados se ha mantenido como en los peores tiempos, provocando la separación de familias mexicanas.
La política migratoria norteamericana responde a los ciclos económicos. Cuando su economía está en expansión y necesitan mano de obra, las leyes y prácticas antiinmigrantes se relajan. Cuando sobreviene la recesión, como ahora, las prácticas se endurecen. No depende de quién o de cuál partido esté en la Casa Blanca, sino del cálculo económico y del costo de prescindir de mano de obra barata. Claro que ya hay latinos que desempeñan puestos y posiciones más allá de los campos de pizca o cosecha, ya gobiernan algunos municipios, se están postulando a puestos de elección cada vez con más frecuencia y más altos.
Es la hora de pensar si conviene seguir con el juego de demócrata-republicano. Los latinos debieran plantearse la conveniencia de una tercera opción. No es cuestión de moda tomar el ejemplo de Podemos en España o del partido de izquierda radical que está en el gobierno en Grecia, se trata de optar por nuevos actores políticos cuya motivación parta de la realidad y aspiraciones latinas.
