Un capo en subasta
Eloy Garza González

 

San Pedro Garza García.- Un alto capo tiene algo más que armas de alto poder y equipos sofisticados de comunicación: tiene información.

Es imposible que un hombre del inframundo arrebate pedazos de soberanía al Estado si no urde una red de complicidades con el alto mundo de la política. Sin ese entramado, los capos no son nada; no son nadie.

En el mercado global, la información de un alto capo es el producto más codiciado por las grandes potencias. La extradicción de un delincuente "triple A" a EUA es el equivalente a subastar bienes de alta gama. Esa es la verdadera economía subterránea; la más cara y la más peligrosa para el gobierno que la entrega o la vende. Por eso se le regatea tanto al comprador.

Cuando un capo arrebata espacios territoriales a un Estado, una parte de la soberanía nacional se subarrienda. Cuando el capo es extraditado, la soberanía entera queda en riesgo: la parte del Estado llamada gobierno queda expuesta y se lleva de encuentro a las otras dos partes: territorio y población.

Estimar cuánto dinero maneja el Chapo es anecdótico; conocer cuántos equipos de espionaje opera, es revelador. Pero caer en la cuenta de la cantidad de información que utiliza es un riesgo para la llamada razón de Estado. Por eso, ante las presiones del gobierno de EUA para extraditarlo, lo sorprendente no es que huyera el Chapo de una cárcel de alta seguridad. Lo sorprendente es que no hubiera escapado antes.