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1981 30 Noviembre 2015

 

 

El compromiso débil
Eloy Garza González

 

Monterrey.- No todas las ONG’s son de fiar. Muchas son pantallas para la evasión fiscal; otras simple y llanamente son lavado de dinero. Eso sin contar con otro tipo de ONG’s más volátiles, menos comprometedoras pero igualmente controvertidas: las llamadas redes sociales.

A los usuarios de redes sociales no les gusta controlar ni ser controlados por nada ni nadie. ¿Qué acaso la web no nació como espacio para la anarquía creativa? Seguro habrá muchos que sí quieran controlarla, comenzando por la clase política, siempre tan evidente en su maquiavélica perversión.

Según Richard Stengel, editor de la revista Time, el primer blogero de la historia fue Thomas Paine y el antecesor de Facebook fue el Almanaque “Poor Richard” en el lejano siglo XVIII. De manera que casi todos los jóvenes usuarios de las redes sociales son para este editor una especie de “Padres fundadores de la Patria”.

Stengel también afirma que quienes suben videos a YouTube (65 mil videos nuevos al día; 100 millones vistos diariamente) llevan y traen noticias de manera más auténtica que los tradicionales medios de comunicación. ¿De verdad son más auténticos porque lo hacen sin ánimo de lucro?

No sé si esto sea compulsión por lo efímero o como dice el sociólogo Ricard Sennett, una proyección de nuestra ansiedad moderna. Pero al igual que muchos miembros de ONG’s los usuarios de Facebook, por más que junten miles y miles de convocantes en calidad de “likes”, no representarán el sentir ciudadano, sino apenas el pequeño segmento de población que entra a Internet. Un universo, diría Borges, que cabe en la palma de la mano.

 

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