¿Complicidad o sumisión ante el gran capital?
Hugo L. del Río
Monterrey.- De acuerdo: los automotores contaminan. Y Monterrey, encerrado entre montañas, es hoy por hoy una de las ciudades más tóxicas del mundo. Pero, la polución causada por autos y camiones es cosa de juego en comparación con la infición que provocan fábricas y pedreras.
El gobierno del estado quiere resucitar la mal llamada verificación vehicular, que fue derogada hace años porque nació envenenada por la corrupción. En el palacio de cantera nos dicen que, preocupados por la salud de los nuevoleoneses, decidieron restablecer esa dizque revisión de motores y demás. De afán recaudatorio nada, insiste la administración.
En Nuevo León están registrados unos dos millones de carros de todos los tamaños y cada uno de los automovilistas o choferes deberá pagar 420 pesos para que los “técnicos” le den el visto bueno. A lo que parece, el golpe tiene como destinatarios exclusivos a los ciudadanos comunes y corrientes.
Si me equivoco me corrigen, pero entiendo que, al momento, nada se ha dicho acerca de los camiones de carga y pasaje. Esa revisión fue una fuente de corruptelas. Los tránsitos le daban el visto bueno al conductor que les diera mordida. La Alameda se convirtió en un mercado persa donde, a la vista de todo el mundo, los inspectores extendían la palma de la mano para recibir el billete. ¿Acaso cambió la naturaleza de los empleados públicos?
La verificación sólo servirá para animar, como si hiciera falta, toda clase de sucias componendas. Vamos a pagar los 420 pesos y, además, otros cien o 200 para que nos den el visto bueno si es que le encuentran deficiencias al carruaje. Eso es malo.
Pero es peor la protección que brinda el estado a los ipecos de industrias y canteras. ¿Cómo la llamamos: complicidad o sumisión ante el gran capital?
Actriz e inventora
Hedy Lamarr (Viena, 8 de noviembre de 1914 - Orlando, Florida, 2000) sacudió al mundo con el primer desnudo y la primera expresión de orgasmo en la historia del cine. Todo esto en la película checa “Éxtasis”, filmada en 1933. La austriaca, una de las mujeres más hermosas del planeta, hizo una gran carrera en Hollywood… y en el universo de la tecnología y la ciencia. Ingeniera electromecánica, inventó, con la colaboración del ¡compositor! norteamericano George Antheil, la tecnología de modulación de señales en espectro expandido con 88 frecuencias y, antifascista hasta la médula, le regaló al gobierno norteamericano recién entrado en la II Guerra Mundial, los derechos de la patente registrada en 1942. En su honor, la ONU estableció el 8 de noviembre como el Día del Inventor. Gran mujer: belleza, genio y una firme postura política contra el fascismo.
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