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1985 4 Diciembre 2015

 

 

Que siga la tradición
Joaquín Hurtado

 

Monterrey.- En los infinitos océanos del ciberespacio hay un canal de videos en YouTube cuyo título es un tanto ambiguo: “Los Ramones”. Uno puede creer que se trata de un reportaje amateur sobre los atractivos turísticos del municipio norestense del mismo nombre.

Un conocedor del rock podría confundir la entrada con la legendaria banda de punk Ramones, surgida en el 74 en Nueva York. Nada de eso. Los Ramones es el nombre de un grupo de jovencitos, casi niños, que está pegando fuerte en la escena de la música regional norteña. Es un hitazo.

La sorpresa estriba en la corta edad de los músicos ejecutantes y en la excelente calidad de las voces. Investigando un poco más en la red llegamos hasta una breve ficha biográfica que nos informa quiénes son los chavitos. La información la provee la misma firma que por pura casualidad también representa al entrañable icono del poder chúntaro y vallenato Celso Piña. La empresa se llama Brisa Musical, compañía muy joven -5 años- que cuenta con página en internet. Allí se puede establecer contacto con ellos. 

El peso del conjunto recae en los hermanos Jaime y Jesús Flores González, primera voz y acordeón, y segunda voz y bajo eléctrico, respectivamente. El año 2007 se lanzan al competido mercado grupero haciéndose llamar Los Ramones de Nuevo León. El dueto de chamacos de origen muy humilde sostiene la imagen principal de la agrupación.

Los hermanitos, nacidos en Los Ramones, empezaron a cantar desde los 7 y 9 años, edades respectivas de Chuyito y Jaime. Ellos tuvieron como primer maestro de acordeón y de canto a su padre, don Jaime Flores Cortez, acordeonista innato que se presentaba en fiestas y cantinas de su pueblo. El padre transmitió a sus hijos no sólo el dominio de los instrumentos, también les obsequió el cancionero que ha pasado de boca en boca desde tiempos remotos.

Al proyecto artístico se les unieron Héctor Omar, en la batería; Francisco, en el saxofón y Antonio Flores, en el bajo sexto. Para que el lector se forme una idea, si es amante de este género musical, la textura vocal remite a las primeras grabaciones de El Palomo y el Gorrión, joyas de nuestra tradición cultural.

Al escuchar a Los Ramones vibran las primeras incursiones de los Rancheritos del Topo Chico. Pero el golpe de nostalgia se nos mete con fuerza en el alma si acudimos a alguna grabación antigua de Los Alegres de Terán, basta con buscar estos tesoros en el mismo YouTube.

Los representantes de Los Ramones de Nuevo León nos ofrecen más datos de este ensamble que ya no sólo puede catalogarse como promesa en la escena norteña. Los muchachitos que originalmente se llamaban Los Flores ya están encarrilados en giras y presentaciones por toda la Unión Americana, además de contratos en diversas partes de nuestro país.

Los Ramones son, por lo tanto, ya unos profesionales consumados.  “Ingratos Ojos Míos” es su primer producción discográfica, en la que incluyen el tema que da título al disco. El homenaje a las primeras y prístinas voces de El Palomo y el Gorrión es más que evidente. Corridos, polkas, boleros enriquecen este material: “Elpidio Paso”, “Tres Suspiros”, “Sino Fatal”, “La Elisa”, “Dimas de León”, “Y Dicen”, “Voy a Cruzar la Frontera”, “El Pávido Navido” y la muy memorable “En toda la Chapa”.

Deseamos salud y larga vida a este grupo que seguramente llegará muy lejos. Ellos y tantos muchos ejecutantes van abriéndose paso a contrapelo de las pobres o casi nulas políticas y apoyos del estado, que en la nueva administración de El Bronco, supuestamente ranchero y entrón, ni siquiera ha atinado a nombrar a los nuevos titulares de Conarte e Instituto de la Juventud.

 

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