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1995 18 Diciembre 2015

 

 

El Padre Damián
Ismael Vidales Delgado

 

Monterrey.- La primera vez que escuché hablar del Padre Damián, fue en un chiste de mal gusto. Seguramente porque quien lo contó no sabía de que existió realmente un Padre Damián.

Quien fue un célebre sacerdote misionero belga que dedicó su vida a cuidar leprosos en la isla Molokai, de Hawai.

Su nombre real fue el de Jozef de Veuster, posteriormente conocido como Apóstol de los leprosos. Fue beatificado el 4 de junio de 1995 por el papa Juan Pablo II, y canonizado el 11 de octubre de 2009 por el papa Benedicto XVI. En la iglesia católica se le conoce como San Damián de Molokai.

Este santo varón nació el 3 de enero de 1840 y murió sumamente pobre víctima de la lepra a los 49 años de edad, el 15 de abril de 1889. Desde entonces es venerado en Hawai cada año con festividades especiales el 10 de mayo.

El nombre de Damián lo tomó cuando inició su noviciado. Llegó como misionero a Hawai porque reemplazó a su hermano -sacerdote también- quien no pudo cumplir esta encomienda por estar sumamente enfermo de tifus.

Damián llegó desde Alemania en barco al archipiélago de Hawai, el 19 de marzo de 1864, siendo ordenado sacerdote el 24 del mismo mes y año. Los nativos hawaianos fueron infectados de gripe, sífilis y lepra que les contagiaron los inmigrantes chinos que llegaron a trabajar en las plantaciones. Miles murieron. El rey de Hawai los segregó, trasladándolos a la isla de Molokai, a donde fue asignado en 1865 el Padre Damián.

El obispo de Hawai presentó a Damián a los más de 600 leprosos como "uno que será un padre para ustedes, y que los ama de tal manera que no tiene vacilaciones en volverse uno de ustedes; vivir y morir con ustedes".

Damián inició de inmediato la construcción de una parroquia consagrada a santa Filomena. Ni el gobierno de la isla ni la iglesia católica proveyeron recursos ni apoyo médico. A pesar de todo, el Padre Damián trabajó duro con los leprosos que pintaron sus casas, trabajaron en las granjas y en la construcción de escuelas.

Reconociendo su obra, el rey de Hawai invistió a Damián con el grado de Caballero Comandante de la Real Orden, aunque nunca usó la medalla de esta Orden, se le colocó en su féretro cuando murió.

Cuando la hermana del rey visitó la isla para entregar la condecoración, se conmovió de tal manera que no pudo leer su discurso. Contó a todo el mundo la vida y obra del Padre Damián, por lo que su obra fue conocida en los Estados Unidos y en Europa.

Los protestantes americanos le obsequiaron una gran suma de dinero que aplicó a su programa. De Inglaterra llegó comida, medicinas y ropa.

Veinte años después, en diciembre de 1884, el Padre Damián estaba totalmente invadido de lepra; sin embargo, cada mañana hacía su ritual de curación: "meter sus pies en agua hirviendo" ya que él no podía sentir. Después se iba a trabajar incansable construyendo cuantas casas pudo, enseñando la fe católica y construyendo pequeñas escuelas. La muerte le llegó en 1889, a los 49 años de edad. Su restos mortales fueron trasladados en 1936 a Bélgica y reposan en la Iglesia de la Congregación de los Sagrados Corazones (a la que perteneció) en Lovaina.

Cuando en 1959 Hawai se convirtió en el estado número 50 de la Unión Americana, erigieron en su representación una estatua del Padre Damián en el Capitolio de Washington.

En 1890, el reverendo presbiteriano de Honolulu lanzó opiniones descalificadoras de la persona y la obra del Padre Damián.

El escritor escocés Robert Louis Stevenson (Autor de la famosa obra El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde) publicó una Carta Abierta en Sidney, Australia, el 25 de febrero de 1890, contra el reverendo. La Carta recorrió el mundo, y puso en su lugar al reverendo, que curiosamente se llamaba Hyde como el personaje de la obra de Stevenson.

El laureado escritor ruso León Tolstoi habla muy favorablemente de «las hazañas del Padre Damián», en su libro El reino de Dios está en vosotros.

Gandhi dijo que el Padre Damián había sido una inspiración para sus campañas sociales en la India, y escribió: "El mundo politizado y amarillista puede tener muy pocos héroes que se puedan comparar con el Padre Damián de Molokai. Es importante que se investiguen las fuentes de tal heroísmo".

La obra del Padre Damián fue llevada al cine en los films: El gran corazón (1938), Molokai, la isla maldita (1959). Padre Damian: El sacerdote leproso (1980). Molokai: La Historia del Padre Damián (1999).

La próxima vez que alguien le cuente un chiste del Padre Damián, cuéntele usted esta historia.

 

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