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2031 8 Febrero 2016

 

 

El Vaticano y la Teología de Liberación, I
Daniel Salazar M.

 

Monterrey.- Un tema tan amplio, solo puede ser tratado aquí de manera general, lo que no impide establecer posición. En días pasados, publiqué “El Papa Bergoglio en México”, tratando de mostrar que el interés de su próxima visita, estaba más allá del discurso a los pobres y de sus “reformas humanitarias” al capitalismo.

Y es que según nuestro distinguido visitante, los problemas del narcotráfico, la pobreza y los 43 desaparecidos de Ayotzynapa, son responsabilidad de todos y no del gobierno mexicano: “Decir que el gobierno  es el responsable, es la respuesta más superficial” ---dijo a una corresponsal de televisa con la que también ventiló una extravagancia impropia de un jesuita intelectual---: “El diablo le pasó la boleta a México… lo castiga con mucha bronca…”

Francisco, el ahora primer Papa jesuita de la historia, se opuso (entre 1973-1980) a la Teología de la Liberación, hecho que le valió la inculpación de grupos de izquierda de colaborar con la dictadura que arrebatara vidas y libertades a miles de argentinos, entre ellas las de dos jesuitas simpatizantes de esa corriente. Años más tarde, en 2010, cuando la cúpula de la Iglesia quiso evitar la aprobación de la ley que en su país reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo, Bergoglio encabezó manifestaciones opositoras “en defensa de la unidad familiar”.

Con todo, hay quienes lo advierten progresista y enjuician optimistamente al otrora partidario de la Teología del Pueblo, asegurando que su elección, como Papa, significa "un paso hacia la rehabilitación total de la Teología de la Liberación proscrita en tiempos de Pablo II.

Pero el antecedente es que la Teología de la Liberación ha sido mal vista por el Vaticano: En 1984, a solicitud del Papa Juan Pablo II, se redactó un documento que fijó la posición de Roma con respecto a ella. El texto calificaba a esta corriente como "la gran herejía de nuestro tiempo” pues, constituía –se dijo-- “un serio peligro para la fe de la Iglesia”. 
La Preferencia por los Pobres se convirtió así –oficialmente- en una nueva forma de comprensión del cristianismo ajena al Vaticano. El documento advertía a todos los creyentes, que estaba inspirada en “conceptos tomados de diversas corrientes del pensamiento marxista”. El original fue atribuido al cardenal Joseph Ratzinger, quien en 2005 sería ungido como Papa Benedicto XVI.

Antes y después de eso, la lista de creyentes libertarios reprimidos en el mundo es tan larga  que --dos mil años después-- nos lleva a imaginar una circunstancia similar a la vivida por el cristianismo primitivo durante su enfrentamiento con el imperio romano.

Mucho hay de eso. En la Teología de la Liberación han coexistido Corrientes Guerrilleras de las que es digno recordar al sacerdote Camilo Torres, miembro del movimiento guerrillero ELN quien muriera en combate en 1966. En Argentina (1976), las monjas francesas -Alice Domon y Léonie Duquet- fueron torturadas para luego ser arrojadas vivas desde un avión al mar. Igualmente, Adolfo Pérez Esquivel, activista de la Teología de la Liberación y de los derechos humanos, fue secuestrado y torturado por la dictadura militar. En 1980, el arzobispo de San Salvador --Óscar Arnulfo Romero—que ponía en el centro de su prédica a los pobres y denunciaba las violaciones a los derechos humanos en su país, fue asesinado por un francotirador militar cuando oficiaba una misa… Por eso, el historiador Howard Vos califica a este período como "la Iglesia de los mártires", debido a la gran cantidad de torturas y asesinatos de sacerdotes, monjas y activistas cristianos en la década de 1980: “Tan solo en Centroamérica, se cuentan 1800 sacerdotes y monjas torturados o exilados y 69 asesinatos".

Muchos otros han continuado pretendiendo liquidar esta corriente. Ya desde la década de 1990, el teólogo Gregorio Iriarte daba cuenta del clima difundido por los medios que “profetizaban” que la Teología de la Liberación había muerto y que pronto se firmaría su certificado de defunción….

Pero no ha sido así. Esta corriente viva de la iglesia católica, se dio a la tarea de desarrollar la tendencia de hacer más amplia y compleja la noción de "pobre", para vincularla a la diversidad étnica, de género, a la ecología, a la situación de los pueblos indígenas y a la sexualidad. En enero de 2005, realizó en Porto Alegre, Brasil, el Primer Foro Mundial de Teología y Liberación cuyas memorias fueron publicadas en el libro titulado “Otro mundo es posible”. En mayo de 2007, se realizó la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe y, al año siguiente, el ex obispo Fernando Lugo, identificado con la teología de la liberación, sería elegido presidente del Paraguay…

Así que, más que una equivocación o mala voluntad, el dar por muerta a la Teología de la Liberación, demuestra ignorancia; sus adeptos aseguran que los adversarios “no se han dado cuenta que la Teología de la Liberación ha vivido, en carne propia, la parábola evangélica del grano de trigo. La enterraron, parecía que había muerto… pero de pronto, comenzó a mostrar nuevos brotes.

[Continuará...]

 

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