Suscribete

 
2033 10 Febrero 2016

 

 

Sin memoria, se repiten los mismos errores
Claudio Tapia

 

Monterrey.- Para atrás como los cangrejos. No aprendemos, no corregimos, olvidamos lo aprendido y volvemos a empezar rumiando las obsoletas e inoperantes ideas.

Parecía que al fin habíamos entendido que el incremento de los delitos en una comunidad se debe principalmente a la descomposición del tejido social que trae consigo la falta de oportunidades de educación, empleo, alimentación, salud, vivienda digna, espacios públicos, etc.

Dicho de otra manara, parecía que nos habíamos dado cuenta de que  no es cierto que en vez de darle a los marginados un pescado haya que enseñarlos a pescar. Lo que en realidad necesitan es salir de la exclusión para compartir un espacio social en el que todos puedan pescar por igual. Pongan a los sobrantes sociales donde haya peces y verán que solos aprenden a pescar. No se puede pescar en el desierto.

Se había acordado que la reconstrucción del tejido social en vez de la criminalización, persecución y castigo de los delincuentes, era la prioridad para abatir las cifras delictivas y su secuela de violencia e inseguridad.

Habíamos entendido que no se puede acabar con los delincuentes comunes por más que se les persiga, simplemente porque los excluidos, los sobrantes, son millones y su número crece cada día.

Pero como en Nuevo León se confundió la tarea de limpiar la casa con la de vaciarla, esa certeza tardía y difícilmente aprendida se barrió y se tiró a la basura.

Una vez más a empezar de cero y a repetir los mismos palos de ciego. A volver a aprender, improvisar, fracasar, y a culpar e intentar, inútilmente, de acabar con los malosos como si tuvieran otra opción entre morir de hambre o delinquir. Por supuesto que hay quienes cometen delitos por otras causas, pero no son los millones de desamparados que viven permanentemente en la desigualdad extrema.

Ejemplo. Un gobernante con visión de Estado, debiera saber que su deber es hacer que la libre empresa genere los empleos suficientes para que el desempleo no contribuya a la descomposición del tejido social.

También debe tener claro que mientras tanto, si la creación de empleos es insuficiente y crece el desempleo y la desigualdad, el gobierno debe inventar empleos, por innecesarios que sean, simplemente para cumplir con su deber constitucional de garantizar trabajo para todos los que carecen de él, y porque pagar sueldos baratos en la baja burocracia sale más barato que perseguir, capturar, juzgar, encarcelar y castigar a los delincuentes del orden común.

Pero nuestro gobernante y su gabinete no piensan así. Su visión es empresarial y no de Estado. Jaime Rodriguez Calderón, Fernando Elizondo Barragán y sus altos mandos, en vez de asumir su papel de estadistas se consideran directores ejecutivos que reportan a un consejo de administración integrado por los accionistas mayoritarios de Nuevo León, SA.

En la SA lo que importa es la productividad y las ganancias. Si les va bien a los diez, le va bien a Nuevo León. Esa es la consigna empresarial que el Estado comparte.

¿Qué espera el gobierno de Nuevo León que hagan los mil 600 burócratas despedidos de malos modos y sin causa justificada, que tiene que proveer a sus hijos de techo, sustento, salud y educación? Ni siquiera se hacen la pregunta.  

No hay cambio alguno. Se mantiene triunfante el mito del desarrollo, la ilusión del ya merito, el espejismo de que estamos en el camino adecuado. Suponen que con las reformas estructurales y la anunciada reforma fiscal, aunada al buen gobierno de los “independiente” apoyados por el empresariado que ha retomado su discurso hegemónico, alcanzaremos el anhelado bienestar social que los regios merecemos.

Pero todos sabemos que eso no ha ocurrido ni ocurrirá. Porque es el intocado sistema político, económico y social corrompido el que hay que cambiar. Pero nadie se atreve siquiera a cuestionarlo.

Mejor es perseguir, reprimir y castigar a los desempleados jodidos que delinquen, sin tocar a los poderosos, claro está.

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

 

15diario.com