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2084 21 Abril 2016

 

 

INTERÉS PÚBLICO
Orden del mercado ¿desorden de la nación?
Víctor Reynoso

 

Puebla.- El pasado viernes 15 de abril se presentó en la librería profética el libro coordinado por Tania Hernández Vicencio y otros académicos titulado El orden del mercado y el desorden de la nación. Al menos tres méritos tiene esta obra: analizar la reforma legislativa más importante, en cantidad y calidad, desde la promulgación de la Constitución en 1917...

... ser resultado de un trabajo de un equipo que trabajó en este tema por varios meses; y tener una perspectiva clara sobre esas reformas, expresada en el título del libro.

Destaca entre los autores del libro Carlos Tello Macías. A quien no conozca la historia política reciente de México este nombre no le dirá nada. Pero era imposible no saber de él para cualquier observador de la política mexicana a principios de los años ochenta. Publicó, junto con Rolando Cordera, el que quizá fue el libro más leído sobre el tema en esos años: La disputa por la nación. Una disputa, dentro del grupo en el poder (la política mexicana era entonces una cosa nostra, un asunto exclusivo de quienes estaban dentro del aparato de Estado), entre un proyecto centrado más en la intervención del Estado y en la autonomía de la nación y otro que daba más peso al mercado y proponía una mayor integración del país a la economía mundial.

El primero de diciembre de 1982 se resolvió esa disputa: ganó el proyecto pro mercado y pro apertura. Fue el inicio de la segunda muerte de la revolución mexicana, como la llamó Lorenzo Meyer (la primera la diagnosticó Daniel Cosío Villegas en 1947). Las reformas analizadas por Tania Hernández y sus colegas serían la última muerte de la revolución mexicana. Poco o nada queda de esa revolución, o más precisamente, de su ideología y su discurso, el nacionalismo revolucionario mexicano, después de esas reformas. De las últimas cuestiones en morir fueron los monopolios estatales en la producción de petróleo y de energía eléctrica, la no reelección consecutiva para diputados, senadores y miembros de cabildo, y esperemos, los oligopolios en televisión y telecomunicaciones.

El libro no analiza todas las reformas. La amplitud y profundidad de las mismas hace muy difícil un análisis total. Sí da una visión general de las mismas y profundiza en algunas. Hay una buena recuperación del contexto: el inicio de sexenio del Peña Nieto, el Pacto por México firmado entre el PRI, el PAN y el PRD, y formado por 95 compromisos. Desde luego considera a estas reformas como continuación del proyecto político iniciado por Miguel de la Madrid en diciembre de 1982.

Entre las reformas analizadas en el libro destacan la energética, la laboral, la educativa, la que reglamenta las actividades religiosas, la financiera y la político-electoral. En prácticamente todos los análisis el tono es lo que se considera crítico, es decir, de rechazo a la forma y al contenido de las reformas. Empezando por el Pacto por México, cuyos acuerdos iniciales se dieron en forma secreta, sin planteamientos y discusiones públicas.

En general, las críticas y la perspectiva de los autores están bien presentadas en el título del libro: las reformas constitucionales realizadas al principio de este sexenio favorecen la lógica del mercado, es decir, los intereses del gran capital, y desfavorecen los intereses de la mayor parte de la población nacional. Es un buen título, en este sentido.

Esta perspectiva representa a un sector de la academia y de la política mexicana, distinta y contraria en muchos puntos con otras perspectivas, que consideran por ejemplo que un cierto orden del mercado (o de los mercados, habría que decir, pues el mercado de los restaurantes nada tiene que ver con el de la extracción de hidrocarburos: su regulación debe ser muy distinta) puede ser indispensable para el buen orden de la nación, de las mayorías nacionales. La discusión de estos temas es larga y compleja.

La perspectiva de los autores los lleva a priorizar alguno temas y a dejar de lado otros. Como el de los nuevos Organismos Constitucionales Autónomos, que fortalecen, en principio, la capacidad reguladora del Estado; o el de la rendición de cuentas y el combate a la corrupción; también el de la reelección inmediata, que tiende a fortalecer a la ciudadanía a costa de los partidos políticos.

La misma perspectiva tiene dos riesgos, claros en algunas partes del libro. El riesgo apocalíptico, que nos hace sentir que el país está al borde del abismo. Y el riesgo nostálgico, que puede hacer ver al país anterior a 1982 como modelo. No lo fue.

 

* Tania Hernández Vicencio (coordinadora). El orden del mercado y el desorden de la nación. Editorial Itaca / UACM, México, 2016, 416 pp.

** Profesor de la UDLAP.


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