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2092 3 Mayo 2016

 

 

MUROS Y PUENTES
Daniel Berrigan, apóstol de la no violencia
Raúl Caballero García

 

Dallas.- “Escuchando NPR supe de la muerte del jesuita Daniel Berrigan”, apuntó Lucrecio Petra. “Fue el sábado en Nueva York, según reporta el domingo La Jornada”. Más tarde Chito Arrambide también me escribe: “Murió a los 94 el activista jesuita Dan Berrigan, ¿ya sabías?, ¿sabías de él, wey? Yo tampoco. Murió en Nueva York”.

Y pues ciertamente no, no sabía de él. Revisé la información de La Jornada y supe de su trayectoria, me asomé a Wikipedia y a otras publicaciones y se desplegó su vida y sus actividades. Una de esas vidas ejemplares. Me simpatizó mucho la foto que vi suya, en el año 1968, cuando fue arrestado por “desobediencia civil”: Mira desafiante a la cámara que capta la imagen, viste un sweter negro, cuello de tortuga, un saco abierto también negro que deja ver un medallón de la época (no alcanzo a ver el símbolo que porta tal medallón); va esposado pero eso no obsta para que medio levante las manos y con la derecha hace el signo de la paz. Fue un pacifista, un sacerdote pacifista muy activo contra la guerra de Vietnam.

En los sesenta se destacó como “un intelectual católico”, como poeta, como profesor. Representante de la “nueva izquierda” -señaló The New York Times- enarboló una visión que entrelazaba el militarismo con el capitalismo, y el racismo con la pobreza, como piezas interconectadas en un múltiple conflicto, el de una sociedad injusta contra la cual luchó.

Berrigan fue “muy reconocido” cuando en el 68 fue a Hanoi para recibir a tres soldados que fueron los primeros prisioneros de guerra que los vietnamitas liberaron en esa guerra en la que murieron más de 58,000 soldados estadunidenses.

Otros de sus aguerridos actos de protesta fueron contra las intervenciones de EU en América Central; contra la Guerra del Golfo, la de Afganistán y la de Irak. También fue -se destaca- un activista contra el aborto, contra la pena de muerte y en pro de los derechos humanos, y en pro de los de los homosexuales y lesbianas.

En las notas necrológicas se subraya que fue un escritor prolífico, que publicó numerosos libros y recibió varios premios.

La nota de La Jornada, firmada por el corresponsal de la AP Michael Bálsamo, se indica que el padre Berrigan y su hermano Philip, también sacerdote, liderearon el radical movimiento antibélico de los 60. Ellos con otros siete activistas ingresaron a las oficinas de la Junta de Reclutamiento en Catonsville, Maryland, el 17 de mayo de 1968 y retiraron archivos de jóvenes que estaban a punto de ser embarcados a Vietnam -relata Bálsamo-. Sacaron los archivos y los quemaron en tambos de basura.

Los Catonsville Nine, como llegaron a ser conocidos, fueron condenados por cargos federales acusados de haber destruido propiedad federal y de haber violado la Ley de Servicio Selectivo de 1967. Todos fueron sentenciados el 9 de noviembre de 1968 a entre dos y tres años y medio de prisión, informó el corresponsal de AP.

Los hermanos Berrigan fueron encarcelados, al salir de prisión siguieron activos en el movimiento pacifista, protestaron contra las armas nucleares, fueron arrestados de nuevo tras “irrumpir en las instalaciones para misiles nucleares de General Electric en King of Prussia, Pennsylvania, y causar daños en las puntas de ojivas nucleares”.

Los Berrigan fueron reconocidos como apóstoles de la no violencia. Ambos jugaron un papel trascendente en surgimiento del movimiento contra la guerra y el reclutamiento obligatorio durante los años 60. Daniel fue el primer sacerdote católico incluido en la lista de los más buscados por el FBI.

“Siempre consideré que Dan estaba a la altura de Mahatma Gandhi, Martin Luther King y Dorothy Day; de la gente más grande que tenemos”, recuerda el padre John Dear, un sacerdote católico y activista por la paz también de larga trayectoria, en un programa de la radioemisora Democracy Now! (Por las transcripciones -como decía JEP- RCG.)


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