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2092 3 Mayo 2016

 

 

Arte y filosofía en educación
Joaquín Hurtado

 

Monterrey.- La Secretaría de Educación de NL (SENL) da a conocer que a partir de agosto arrancará un programa piloto para impartir música, artes plásticas, teatro y filosofía. El objetivo busca el Fortalecimiento de las Humanidades en Educación Básica. El anuncio se da en la víspera del día consagrado a la infancia. Es la noticia más importante del día.

El Norte, 29-IV-16. Primera plana. Esta extremadamente importante noticia. Presentada parca, rinconera, resumida. La asfixian otros encabezados no menos atingentes:

El exgobernador usaba el helicóptero oficial con fines personales y como taxi de lujo...

El alcalde de San Pedro es señalado por la justicia texana como cómplice y promotor de un grupo de rudos forajidos

El presidente de los Tigres es designado Comisario Ciudadano de la CFE. El dirigente futbolero evaluará el desempeño de la empresa paraestatal, y los Tigres en decadencia…

Las albricias relacionadas con el campo educativo palidecen, la filosofía es un murmullo de abejas frente a los escándalos en el primer casco de la ciudad.

¿Hay algo que aún pueda hacer por nosotros la filosofía, aún nos pueden salvar las artes?  Algo bueno deben tener que es un honor participar en su saga. Inconclusa humanidad. Soy participante ya por acción, ya por omisión, por acierto o error.

Enfrentar con las humanidades la enfermedad de los humanos de nuestro tiempo es una gran idea. Todos la aplaudimos. La nota periodística advierte que estas disciplinas se impondrán de manera extracurricular. Excelente. No hay métodos adecuados para medir una emoción, el saberse en un cuerpo con afecciones. Lo preocupante es que no se dan más detalles de los recursos y “expertos” involucrados en el programa.

Esto nos pone en alerta.

Ojalá que no se esté pensando en una canasta de valores huevos, tan de moda en la burocracia poco ilustrada. Costra historiográfica de las artísticas, barniz de uñas exquisito y caro.  El riesgo de que se nos meta un ratoncito beato en el granero del laicismo es también muy grande.

A los políticos les encanta lucirse con babosadas de autosuperación y decálogos de emprendedurismo. La filosofía, la abuela indigente de la universidad, quiere ir más allá de los cursillos de moral en los templos. Pero su humildad es engañosa. Ella tiene el llavero del poder insumiso. Lo que nos seduce es la ciencia dura. La orgullosa limosnera no admite quedarse entre los saldos de la imbecilidad globalizada. No se rebaja a recetario para hornear jóvenes adictos a las redes y los carbohidratos.

El misterio es lo primero que echamos de menos en el desierto espiritual de nuestra época, la ambigüedad ontológica del pensar original ha cedido su habla a la instauración de la verdad imperial. Nada requiere más comprobación que la mecanización. Por eso nuestra escuela privilegia la memorización y el servilismo, potencia la mirada del amo mecano-autoritario.
¿Y la Duda Metódica? ¿La Lógica?

Matemáticas y ciencias son disciplinas que mal enseñadas desplazan a la pregunta por la esencia. Las asignaturas en curso fortalecen el pensamiento calculador. Basura de la civilización occidental, cháchara aristotélica. Modernidad en el entredicho de un diploma, objeto de crítica brutal.

La imagen moderna del mundo más se afianza en las amenazas. Distorsionadas las jerarquías  se instaura el señorío del sujeto que todo lo atropella, que de ansiedad se devora con tal del tener a contrapelo del ser.
Por el pensamiento crítico, en cambio, somos liberados de la maldición condicionada por la destrucción de lo humano.  Algunos filósofos especulan que lo humano está, como nunca en la historia, bajo amenaza muy grave, en un peligrosísimo punto de no retorno. Sólo lo mismo nos podrá salvar. Herederos tardíos de  la ilustración, somos los bastardos derrotados por la physis. El planeta no nos soporta.

Sólo en el amplio solar del ágora surge y se resguarda la creatividad vital, el cuestionamiento problematizador, la mirada poética, la apreciación artística, el cultivo de la imaginación, la meditación filosófica,  la afectividad dialogada, el favor de los dioses. Ese espacio abierto  está usurpado por la oscuridad subjetiva de un individuo aterrado.

La filosofía y las artes aún pueden salvar a la polis porque son capaces de desafiar nuestros fanatismos más arraigados. Nos urge más poesía que alumbre el tiempo oscuro.     


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