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2125 20 Junio 2016

 

 

Resultados electorales y perspectivas
Daniel Salazar

 

Monterrey.- Los balances sobre los resultados electorales siguen ventilándose. Los partidos con registro por ejemplo, continúan con cuentas alegres.

El PAN sostiene que sus 7 triunfos en los estados presagian su retorno a los pinos; un PRI perdedor y otrora señor del “carro completo”, consigue solo 5 de las 12 gubernaturas disputadas pero festeja la “madurez democrática” con la que votaron ciudadanos “libres y en calma”; el PRD asegura que los triunfos panistas no hubieran sido posibles sin su alianza y, Morena, está feliz de haber crecido nacionalmente y “arrazado” en la Constituyente CDMX.

Lo cierto es que los “nuevos gobiernos”, no podrán resolver la desastrosa situación en que viven millones de mexicanos. Esto porque sus planes administrativos son concebidos “desde arriba”, desde la derecha y por quienes financiaron sus campañas. Enmarcados en la lógica del capital y como parte del sistema que defienden, será siempre engañoso imaginar que alguno de ellos administrase “eficientemente” las directrices neoliberales desde el viejo enfoque del “estado benefactor”, o pretendiendo dar a su administración un rostro más honesto y humano.

Mientras los trabajadores y clases marginadas no cuenten con un gobierno propio que represente realmente sus intereses (inmediatos como históricos), los problemas de pobreza, inseguridad, servicios públicos, educación, salud etc., no solo continuarán bajo el despotismo del capital, sino que se expandirán afectando aún más a la población empobrecida, para no hablar de la llamada “clase media” venida a menos. Simplemente considérense los desenlaces en estados como Zacatecas, Oaxaca, Guerrero, Morelos… o  en paises de América como Chile, Argentina, Brasil… que habiendo sido gobernados por “la izquierda”, sin cambios de fondo, están siendo sustituidos por gobiernos de derecha y ultraderecha.

Los triunfos cacareados por el PAN (y otros) producto del rechazo a los malos gobiernos, no significan que los electores estén queriendo “retomar” las viejas banderas de la ultraderechista esperanza azul, o que el “juego político” se restrinja a la confrontación PRI-PAN proyectando solo la pugna entre grupos de poder económico. Sin duda, en un país rezagado como el nuestro, “el voto por los verdugos” siempre hablará de atrazo político; el punto es que el sistema continuará haciendo “los ajustes necesarios” para que las políticas neoliberales continúen y para eso el PRI, PAN o PRD (tal vez otro… otros) son su garantía.

El movimiento de masas que hasta ahora se expresa con mayor contundencia en los estados del sur, pareciera querer extenderse a otras zonas del país, esto con todo y los recientes resultados electorales. Si la lucha y solidaridad con el magisterio nacional mantienen su vigencia y agregamos a esto que el próximo año habrá elecciones en los estados de México y Coahuila (que serán igualmente termómetro político), estaremos en la antesala de nuevos e inesperados escenarios rumbo a la elección presidencial 2018.

La tragedia de Iguala, el narcotráfico, las violaciones a derechos humanos, los feminicidios, la ofensiva contra el magisterio, la crisis económica… en una palabra, la política neoliberal conservadora en curso, han debilitado la ya de por sí endeble figura presidencial de Peña Nieto y con ella la del PRI y sus satélites. Ello representa una oportunidad para la construcción de un instrumento opositor unificado y organizado nacionalmente, que resista la ofensiva y busque la mejora de las condiciones de vida. Sé que la Organización del Pueblo y los Trabajadores –OPT-- será parte importante en la construcción de esa alternativa, con todo y las limitaciones que aún se tienen en el movimiento obrero-campesino-popular independiente.

Comentario aparte merece Morena: Uno de los objetivos de  esta organización es –todo indica-- ocupar el vacío que deja un PRD envejecido y desfigurado…, colocar “su marca” en la vida nacional como luego se dice. Pero ante la urgencia de la construcción de un Frente Opositor con todos aquellos que luchan contra los planes neoliberales del capitalismo— cualquier otro asunto debiera ser una cuestión menor para los militantes morenos. Con todo, no deja de sorprender el llamado reciente de López Obrador a movilizarse en favor del magisterio así como su pronunciamiento por la libertad de los dirigentes de la CNTE. Esto significa un cambio inicial pero significativo, de alguien que en los años recientes, dedicó todo su tiempo a “recomendar” la ruta electoral para alcanzar los cambios que el país necesita a sabiendas de que son los movimientos sociales y sus causas la fuerza central en esos cambios y para la construcción de un Frente Nacional Opositor que detenga la ofensiva neoliberal que Morena es incapaz de contener.

Antes de pensar en cualquier otra cosa de aquí al 2018, será necesario entonces insistir en la caida de Peña Nieto; retomar esa y las demás causas que enarbolan los movimientos por Ayotzynapa, la CNTE, el SME, los Zapatistas, etc., para luego tratar de decidir entre todos y desde ahí, el qué hacer nacional. Dejar atrás los obstáculos del sectarismo, las direcciones unipersonales y antidemocráticas, así como el cretinismo parlamentario que continúa promoviéndose desde diversas organizaciones, incluida Morena. 


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