MALDITOS HIPSTERS
Los riesgos de ser Metal Hurlant
Luis Valdez

Monterrey.- La mayoría de los amantes de la ciencia ficción conocen la mítica revista Heavy Metal, y la europea Metal Hurlant, por sus historias breves o por entregas, ricas en tramas no restringidas en el tema de sus contenidos. Tienen también sus adaptaciones en animación o con actores, atinadas y fracasadas.

Heavy Metal tiene dos animaciones de larga duración. La primera, llamada simplemente Heavy Metal, como la revista; es una obra de culto tanto por su música como por el trabajo de animación y las historias escogidas. Todo en su punto.

La segunda, Heavy Metal 2000, puede no ser mala pero tampoco hizo demasiado ruido. Puede que los admiradores de la publicación esperaran algo más fuerte: softporn futurista con cyborgs, erotismo y grandes pechos en un congal extraterrestre, orgías en una Roma del siglo XXV, cualquier cosa es posible en los futuros alternos que nos deparan sus páginas, pero no sus largometrajes.

¿Y qué sucede con la serie Metal Hurlant Chronicles? Aunque Jodorowsky adapta algunas de sus historias del cómic a capítulos de esta serie (que ya se puede ver por NETFLIX), tampoco tenemos el genio del artista visual Moebius en al menos uno de estas 12 historias.

Lo entiendo por Jodorowsky: uno de sus grandes proyectos frustrados fue dirigir Dune, y la adaptación de David Lynch a final de cuentas no llegó a tanto.

Y lamentablemente también lo entendemos por Moebius… ya falleció y su espíritu creativo ha volado a otros universos.

Por eso no les esperaba a una serie con adaptaciones de Metal Hurlant otra cosa que no fuera la ruina, las pésimas críticas, la calificación de 1 estrella y un tercio. Carajo… es una verdadera lástima.

Personalmente, de los 12 capítulos vean la primera mitad… los últimos tres que hacen todo lo posible por amarrar la serie, sólo complican más las cosas para que mastiquemos más el guiso… y no resulta nada amable que a propósito nos sirvan más huesos entre la carne para que tengamos que tardar más tiempo a ver si le hayamos sabor. 

Al menos nos queda el consuelo de que la ciencia ficción es un género que sigue dando para más, inacabable, inabarcable (y en México apenas explorable). Es un género, vaya la redundancia, con más futuro que pasado, porque su carrera contra el tiempo es la de los futuros que ya fueron alcanzados por el presente y se volvieron alternativas absurdas o al menos contundentemente pesimistas (y ahí es donde nos dan miedo las novelas de Bradbury, Huxley y Philip K. Dick).

¿Metal Hurlant tendrá una oportunidad más para convencernos de que puede ofrecernos cosas que valgan la pena? Tendrá todas las oportunidades que gusten.