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2178 31 Agosto 2016

 

 

Adultos mayores: revolución del siglo XXI
Pablo Vargas González

 

Pachuca.- Sarcásticamente, cuando una catástrofe está en puerta aludimos la metáfora de la película estelarizada por Charlton Heston “Cuando el destino nos alcance”, pero en el caso del crecimiento de la población de adultos mayores, la demografía ya nos ganó a los mexicanos, sin estar preparados ni tener una visión de política pública para atender un sector creciente y demandante de nuevos servicios.

Frente a la atroz situación que ya se observa con “viejitos” tirados a la suerte más cruel, se puede visualizar que en este rubro se requieren cambios “estructurales” que beneficien a las familias mexicanas.

En el primer aniversario de la organización visionaria y pionera en Hidalgo, Hermanas mayores sembradoras de derechos (HERMASED), realizado el pasado 27 de agosto el festejo preliminar fue la presentación del libro “Mujeres grandes” de Patricia Kelly y Alicia Ibargüengoitia quienes animaron la audiencia con sendas intervenciones optimistas, y de lo que hay que rescatar es que México tiene una gran ventana de oportunidad para transformar las nefastas actuales condiciones en que viven las/los adultos mayores.
         
La idea de las autoras del libro Kelly e Ibargüengoitia, que contiene 26 entrevistas que constituyen modelos para envejecer con dignidad, es sumamente atractiva y certera, si el gobierno mexicano, en sus diferentes niveles pone atención inmediata a la problemática de los adultos mayores se podrá generar una “revolución” que impacte la sociedad mexicana desde la perspectiva poblacional, ya que hay 11 millones de adultos mayores, que habitan en siete de cada diez hogares, pero en este momento predomina el paradigma occidental de si pasas los 60-70 años eres inservible, desechable, e improductivo.
          
Es una cultura que ha generado mentalidades que discriminan y revictimizan a un sector creciente de la población, los informes y reportes indican que dentro de la misma familia se produce el maltrato a las personas mayores. Las escuelas y medios de comunicación tampoco ayudan con sus modelos que proyectan de triunfo de la juventud sobre la ancianidad, del joven sobre lo “viejo”, una costosa falacia que niega lo que Benedetti dice del “viaje sutil e irremediable” de la niñez a la vejez.
        
La situación actual es catastrófica si continúa el modelo económico aplicado desde el Fondo Monetario Internacional y otros organismos internacionales que exigen la retirada del Estado en la seguridad social y el recorte o disminución del presupuesto social destinado a fomentar el empleo, la vivienda, la salud y la alimentación. En el creciente desempleo y medidas de austeridad los trabajadores con más de 60 años son las primeras víctimas del reajuste laboral, haciendo cruenta la lucha por los puestos laborales entre jóvenes y viejos.
       
Estudios recientes indican que solo un porcentaje mínimo de la población tiene derecho a la seguridad social. A esto se agrega la imposición de las Afores donde el trabajador es el principal sustentante del ahorro para su vejez con la complicidad del Estado y la iniciativa privada que se aprovechan del dinero de los trabajadores, y que arrojará a los jubilados por este sistema al empobrecimiento. En el estado de Hidalgo disminuyó el número de trabajadores que cuentan con posibilidad de seguridad social, al reducirse en los últimos años, del 20 al 18% las personas que se encuentran en afores.
             
En efecto, el destino ya nos alcanzó y está rebasándonos, para que no veamos cómo se desperdició el “Bono demográfico” de una pirámide amplia de jóvenes, que se catalogó como “Ninis” pero que el Estado quedó pasivo, y con este nuevo ejército de población adulta se requiere hacer una revolución con programas, leyes y organismos que favorezcan un nuevo paradigma social, que implique un nuevo modelo de desarrollo y política social que ponga por delante a la población.
    
El Estado y todas las instancias de gobierno están emplazadas para hacer cambios inmediatos, pero la sociedad, las familias, los jóvenes y los adultos mayores también, como lo plantea HERMASED es necesario la conciencia y organización para poder demandar que los adultos mayores tienen derechos humanos y una vida digna. Felicidades por este aniversario, esperamos los quince años.


 

 

15diario.com