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2187 13 Septiembre 2016

 



Waze, Skype y la fayuca de Pulga Mitras
Eloy Garza González

 

Monterrey.- No es fácil emprender un negocio propio. La educación de los mexicanos apunta a depender del gobierno en subsidios o servirle con impuestos que son todo menos voluntarios: son tributos coercitivos. Las exenciones impositivas al comercio no existen, o se reservan solo al compadre o socio empresarial del gobernador en turno. El "cobijagate" como única política pública.

De cualquier forma muchos mexicanos hemos seguido la escarpada ruta del emprendedor. Tampoco es que el Estado mexicano sea especialmente represivo en contra de la pequeña o mediana empresa: es parte de la naturaleza de cualquier gobierno, más unos que otros, pero todos cortados por la misma tijera.

Claro, el moonshot de un negocio ambicioso es volverse global. El comercio no tiene nacionalidades, aunque ostente un país de origen. Waze, el sistema de navegación vehicular, que tanto utilizan los nuevoleoneses para evadir las antialcohólicas, lo diseñaron unos chavos israelitas con mínimos recursos económicos. En 2014, Google les compró la aplicación en mil millones de dólares. Casi todas las ganancias de esa venta la retornaron los chavos a su natal Israel.

Skype lo creó un par de programadores en Estonia, zona más pobre que Oaxaca. Ahora vale 10 mil millones de dólares, cifra que no verán en varios sexenios los oaxaqueños. Sus fundadores son ahora mentores de nuevas empresas o inversionistas de capital de riesgo en su Estonia nativa. Los cientos de ingenieros que contrata Skype son estonios. Viven allá. Esa suerte nunca la tendrán los habitantes de Oaxaca, tan dependientes a la fuerza del gobierno federal y estatal.

México tiene más cerca territorialmente el norte de California que Israel o Estonia. Silicon Valley está, volando en avión, a solo un par de horas de Monterrey. Pero 53% de las inversiones de capital de alto riesgo de esa zona no va a parar a emprendedores mexicanos: jóvenes innovadores y creativos de la India reciben 28% de ese financiamiento, y 13% chinos, vietnamitas, taiwaneses y coreanos. Lo peor es que según el censo de 2014, somos ya más latinos que “blancos” los habitantes de California.

La causa de esta disparidad de inversiones de alto riesgo entre innovadores de otros países y los mexicanos, consiste en que nuestro gobierno federal no sólo no incentiva, sino que desactiva a la fuerza la creatividad emprendedora.

Trate usted de montar un negocio en la cochera de su casa, para que súbitamente le caiga una costosa sanción por falta de permiso de edificación y uso de suelo. Más las multas del SAT, dependencia coercitiva a más no poder. Así, cualquier mexicano prefiere buscar un cargo modesto de burócrata en el gobierno o un puesto fayuquero en el mercado negro, amparado, eso sí, por un sindicato a modo. Ver para creer.

 

 

15diario.com