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2187 13 Septiembre 2016

 



Abismal desigualdad salarial
Lupita Rodríguez Martínez

 

Monterrey.- De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), durante el primer trimestre del 2016 un millón 237 mil trabajadores se sumaron al grupo de los que ganan hasta un salario mínimo diario.

Es decir, de la población económicamente activa con ingresos de hasta $73.04 pesos diarios, pasó de 6 millones 657 mil en el primer trimestre de 2015 a 7 millones 894 mil en el mismo periodo de este año, de los cuales el 96.34 por ciento no cuenta con seguridad social.

El salario mínimo es la cantidad mínima de dinero que cobra un trabajador o paga un empleador por un periodo laboral de un día, de acuerdo con la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, que a partir del primero de octubre del 2015 unificó las tres áreas geográficas del país en una sola.

El hecho de que más trabajadores ganen sólo un salario mínimo, es el reflejo de la crisis que amenaza con causar recesión, así como mayor hartazgo social y desesperanza, pues la complicada situación por la que atravesamos tiene su principal causa las erráticas políticas públicas del gobierno federal.

México cayó estrepitosamente con la puesta en marcha de las reformas estructurales y las promesas del gobierno por mejorar las condiciones de vida han sido un fraude, dejando vulnerables a millones de familias.

Un salario mínimo por jornada equivale a 2 mil 190 pesos al mes, pero ni con dos salarios mínimos (4 mil 380 pesos) resulta suficiente para cubrir las necesidades básicas de una familia promedio, máxime que la gasolina, el gas y la luz aumentaron. Además, el desempleo y la situación económica internacional se complicó, todo ello aunado con la histórica pobreza y desigualdad, la delincuencia y violencia, la corrupción e impunidad.

Mientras el salario pierde poder adquisitivo, los productos de la canasta básica aumentan. Igual sucede con los recortes presupuestales al gasto social (educación, salud, empleo, vivienda, agricultura), pues el gasto corriente del gobierno permanece intocable, siendo reprobable los sueldazos para altos funcionarios que no serán afectados por el recorte al gasto público 2017.

Al estar ‘congelada’ la reforma para que ningún servidor público gané salario superior al Presidente de la República, ministros y magistrados de la Suprema Corte, así como consejeros de la Judicatura, serán los mejor pagados con 6 millones 938 mil pesos anuales, que incluye prima vacacional de 95 mil 475, aguinaldo de 586 mil 356, seguro de separación de 528 mil 782, estímulo por antigüedad de 46 mil 154 y un pago por riesgo de 853 mil 223 pesos.

El salario anual neto para el presidente Peña Nieto será de 2 millones 971 pesos, con un aguinaldo de 343 mil 583 pesos, así como seguro de vida y pago extraordinario por riesgo de 854 mil 223 pesos (330 mil dls. en total), siendo después de Barack Obama (400 mil dls.) el jefe de Estado con más alto ingreso, seguido de Justin Trudeau (260 mil) y Ángela Merkel (242 mil).

Cada uno de los 128 senadores percibirá una dieta de un millón 884 mil pesos al año. En tanto, cada uno de los 500 diputados federales tendrá un ingreso total anual neto de un millón 942 mil 911 pesos.

Los ingresos de los comisionados del INE será por un millón 704 mil anuales, prestaciones nominales por 399 mil 910, prima vacacional por 61 mil 792, seguro de separación de 337 mil 48 y pago por riesgo de 723 mil.
 
El salario anual de los magistrados del TRIFE será de 2 millones 785 mil e incluye prima vacacional de 95 mil 474, aguinaldo de 586 mil 321, seguro de separación de 528 mil 782 y pago por riesgo de 810 mil 595 pesos.

Con este dispendio no hay esperanza de zanjar la abismal desigualdad salarial entre los trabajadores y sus servidores, tampoco de destinar el 8 por ciento del PIB a la educación, de mejorar los servicios de salud y los medicamentos, de impulsar los sectores productivos del campo y la industria y de reenfocar los programas sociales para elevar el nivel de vida familiar.

De no cambiar el rumbo, el hartazgo social alcanzará dimensiones impensables, prueba de ello es el movimiento magisterial que puede tornarse más radical ante los oídos sordos de la autoridad. La sociedad ya está cansada del engaño y del abuso de quienes nos gobiernan. Por ello, urge desterrar las políticas neoliberales que tanto daño han causado y transitar por la vía pacífica hacia un México justo, seguro, libre, democrático y progresista.

 

 

15diario.com